El día en que Jocelyn Nogueira y Renato Bellido fueron al albergue Voz Animal para elegir el perro al que le darían un hogar temporal, llegaron con dos nombres en mente: Chester y Scott.Cuando vieron a Scott, el perro no paro mover la cola y juguetear con ellos, pero cuando preguntaron por Chester, el encargado del albergue dijo “Es ese que está temblando en la esquina”.Chester estaba tan asustado que cuando ellos se acercaban, el perro salía corriendo. Lo habían rescatado de un lugar donde, al parecer, lo maltrataban.
“Scott fue súper cariñoso desde el principio y ni parecía importarle la fuerte alergia que tenía en su piel. En cambio a Chester se le veía muy bien de salud, pero tuvieron que agarrarlo entre varios para que pudiéramos verlo de cerca”, comenta Jocelyn.
Ella y Renato debatieron un buen rato a cuál darle el temporal porque el problema de Scott se solucionaba con tratamiento, en cambio Chester tendría menos opción de ser adoptado porque se escondía hasta de su sombra. “Pensamos que las heridas emocionales de Chester eran más complicadas de sanar que las heridas físicas de Scott, así que elegimos a Chester”.
Temporal, una gran opciónOfrecer hogar temporal a un perro de albergue es una de las muchas formas que la asociación sin fines de lucro WUF ofrece a quienes quieren ayudar a los perros sin hogar pero que aún no pueden hacer un compromiso a largo plazo.Claro que la primera opción de quienes impulsan las adopciones en WUF siempre será colocar en hogares permanentes a los perros de los albergues que WUF representa. Pero también se puede apoyar afiliándose a su ‘app’ Club WUF, uniéndose a la Manada WUF como voluntario o dándole hogar temporal a un perro.Estas dos últimas fueron las que se alinearon mejor con el estilo de vida de Jocelyn y Renato. De hecho antes de casarse con Renato, Jocelyn ya se había inscrito como voluntaria en WUF y cuando la llamaron para preguntarle si se animaba a recibir a un perrito por el tiempo que ella eligiera, ella estuvo de acuerdo y, felizmente, Renato también. Nunca se imaginaron lo que estaba por venir.
Chester llegó al departamento de Jocelyn y Renato el 6 de octubre de este año y ese mismo día se escapó. Fue la primera de tres.“Los tres primeros días fueron ‘triler’. La primera vez solo tenía puesta una correa de ahorque, salimos a caminar y de pronto retrocedió, se zafó y se empezó a alejar. Felizmente yo tenía galletas y lo convencí para que volviera. Al toque lo metí al edificio. Al día siguiente decidimos en llevarlo a bañar. Pensamos en ponerle la correa saliendo del ascensor y justo cuando se abrió la puerta, alguien salía del edificio y al ver ambas puertas abiertas, Chester salió corriendo y se fue hacia la avenida San Felipe. Renato corrió tras él, mientras yo lloraba y paraba los carros. Chester cruzó hasta la berma central, un chico lo distrajo y el vigilante lo agarró. Lo llevamos cargado hasta la veterinaria. Ahí le compramos la pechera. Ni almorzamos del estrés”, cuenta Jocelyn. Al día siguiente, día 3 de Chester en su nuevo temporal, también se escapó. Esta vez fue luego de asustarse con otros dos perros. Felizmente esta vez Jocelyn atinó a quedarse parada, caminar en sentido contrario y el perro solito le dio el alcance. Aunque muy leves, ya empezaba a mostrar señales de confianza.“Esa fue la tercera y última”, dicen Jocelyn y Renato aliviados.
No ha sido fácil ni para Chester ni para ellos. Las primeras horas en el departamento él las pasó inmóvil y huía cuando alguien se acercaba. Además de gente y otros perros, le tenía miedo a ruidos fuertes, a movimientos bruscos, hasta desconfiaba de Garrita, el gato. Pero en poco tiempo empezó a relajarse. “Al principio se echaba al otro extremo del sillón y poco a poco se fue acercando a nosotros, hasta que un día se me echó en la pierna. Y ahora también se sube a nuestra cama cuando estamos todos, incluido Garrita. Y felizmente ya no ha vuelto a querer escaparse, está mucho menos asustadizo”, comenta Jocelyn.
Pero pese a los momentos de estrés y las horas de inmensa paciencia que han tenido para darle confianza a Chester, ambos coinciden en que tomaron la decisión correcta“Es un alivio ver a Chester ahora, tan cómo y tranquilo. La primera semana fue muy difícil y tanto a Jocelyn como a Garrita les costó adaptarse, pero estamos felices de haber insistido con él”, comenta Renato.
No se han animado a darle un hogar permanente a Chester porque quieren postular a un Master en el extranjero para el próximo año y la idea es conseguir dos becas, lo que complicaría el llevar una mascota con ellos.“El plan no es devolverlo al albergue, si no conseguirle una familia. Con todo lo que hemos avanzado, creo que es lo mejor y lo más justo para él”, asegura Jocelyn. “Y sí, definitivamente nos va a afectar separarnos de él, pero por su bien lo mejor será buscarle un hogar permanente donde se sienta cómodo y estable”.
Otras formas de ayudar¿Interesado en conocer otras maneras de apoyar a los perros de la calle? WUF te da la oportunidad de hacerlo adoptando a algunos de los perros que actualmente están en su plataforma. Pero también hay otras formas, como afiliándote a Club WUF, 'app' móvil creada por WUF que ofrece beneficios en productos y servicios para mascotas. También te permite ser parte de una comunidad interactiva donde podrás intercambiar experiencias y hacer consultas con otros usuarios. El costo de afiliación se traduce en ayuda que WUF lleva a los albergues que auspicia.