Una estatua, en eso se convirtió Pascal el día en que un grupo de niños en Turquía decidió romper su aburrimiento atrapando a este inocente cachorro y sumergiéndolo en goma líquida, revolcándolo en lodo y abandonándolo a su suerte.
Casi inmóvil y completamente indefenso. Así quedó el perro luego de que la goma se secara y se soldara a su pelaje cual cemento, lo que resultó en una obstrucción del flujo normal de sangre en varias partes de su pequeño cuerpo.
Afortunadamente, la ayuda llegó a tiempo. Pascal fue puesto a salvo por rescatistas de la asociación He’art of Rescue, un grupo caritativo que ayuda a animales en situación crítica en Turquía.
De acuerdo con información publicada en la página que este grupo de rescatista tiene en facebook, Pascal fue trasladado en una caja de cartón a un refugio en Estambul. Ahí, luego de ver de cerca el daño físico causado a este perro y el intenso terror que sentía hacía todo aquel que se le acercara, entre gemidos de dolor sus rescatistas lo llevaron a una clínica veterinaria. Ahí fue diagnosticado con un daño dermatológico severo cortesía de los fuertes químicos del pegamento. Incluso una de sus orejas quedó casi necrótica (degeneración de un tejido por la muerte de sus células), es decir, estuvo a punto de perderla.
Además, los exámenes de sangre detectaron que Pascal tiene parvovirus, una enfermedad viral que afecta principalmente a los cachorros de perros y que tiene un rápido desenlace fatal. De ser detectada a tiempo es reversible y Pascal está respondiendo bien al tratamiento.
Otra buena noticia es que Pascal tiene un apetito voraz, no solo por la comida sino por el afecto de los humanos que hoy cuidan de él.
Actualmente Pascal está en manos de He’art of Rescue. Puedes encontrar actualizaciones del caso en su página de Facebook.
Los animales que viven en la calle no solo deben de lidiar con el hambre, las enfermedades, la falta de afecto, las peleas y las temperaturas extremas, también están expuestos al maltrato de ciertas personas. Es responsabilidad de los padres de familia no solo educar a sus hijos sobre el respeto a todos los seres vivos, sino también es importante sensibilizarlos y enseñarles que así como los perros, gatos, aves, conejos y demás especies animales que ven a diario pueden sentir felicidad, también pueden sentir dolor.