Japón terminó de desplegar misiles tierra-aire en cuatro puntos de la provincia de Okinawa, pensados para interceptar el satélite que Corea del Norte lanzará este mes si este amenaza con caer sobre su territorio.
Las Fuerzas de Auto Defensa concluyeron la instalación de misiles Patriot Advanced Capability-3 en las islas de Miyako e Ishigaki, por donde está previsto que sobrevuele el cohete, y en bases militares de las localidades de Naha y Nanjo, en la isla principal de Okinawa, informó la cadena pública NHK.
El despliegue se produce a raíz de que Corea del Norte anunciara que planea lanzar el satélite Kwangmyongsong 3 mediante un proyectil de largo alcance entre los días 12 y 16 de abril, y después de que el ministro de Defensa, Naoki Tanaka, ordenara a las Fuerzas Armadas destruirlo si amenaza con caer sobre suelo nipón.
Las Fuerzas de Autodefensa ya han comenzado el traslado de unos 800 efectivos a los cuatro puntos mencionados, mientras que uno de los tres buques destructores dotados con el sistema antiaéreo Aegis que se situaran en aguas de la zona ya se encuentra de camino a Okinawa.
Además, está previsto que Japón despliegue también en los próximos días el mismo sistema de misiles tierra-aire instalado en el sur del país en las bases de Ichigaya, Narashino y Asaka, en la zona de Tokio.
GOBIERNO JAPONÉS ALERTA ANTE SATÉLITE El Ejecutivo nipón cree que la posibilidad de que fragmentos del cohete caigan sobre el archipiélago es baja, pero aún así ha decidido mantenerse en alerta en las fechas en las que está previsto el lanzamiento.
Japón y otros países como Estados Unidos y Corea del Sur han condenado los planes de Pyongyang por considerar que en realidad encubren el ensayo de un misil balístico, lo que supone una violación de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Por su lado, Corea del Norte defiende que el lanzamiento, que el régimen comunista planea realizar en el marco del centenario del fundador del país, Kim Il-sung, tiene fines científicos, y por ello ha invitado a expertos y periodistas extranjeros a presenciar la prueba para que verifiquen su naturaleza pacífica.