El atentado a la sede diplomática de Estados Unidos en Libia, que acabó con la muerte del embajador Chris Stevens, fue provocado durante una protesta contra una película antiislamista que nadie (excepto un pequeño grupo) ha visto, de la que solo han circulado fragmentos por Internet pero que puede pasar a la historia como la película que ha provocado más consecuencias fatales en la historia.
La cinta de dos horas, titulada “Innocence of Muslims” (La inocencia de los musulmanes), costó cinco millones de dólares y fue financiada con la ayuda de más de 100 donantes judíos cuyos nombres mantiene en reserva Sam Bacile, su director y guionista.
El filme alega que Mahoma era un fraude. El tráiler de 14 minutos que supuestamente desencadenó las protestas, publicado en YouTube tanto en su versión original en inglés como doblado al árabe, muestra a un reparto amateur interpretando un diálogo de insultos disfrazados de revelaciones sobre Mahoma, a cuyos obedientes seguidores presenta como un equipo de matones.
Además muestra a Mahoma como un mujeriego irresponsable que aprobó el abuso sexual de niños, entre otros argumentos insultantes que son mostrados en un escenario improvisado y con efectos de baja calidad, que han llevado a cuestionar, incluso, la validez de la cinta. Aunque para el islamófobo pastor Terry Jones es una obra valiosa que muestra la ideología destructora del Islam.
Bacile ha asegurado que nadie además de un pequeño grupo de personas en un cine la ha visto, lo que aumenta las sospechas, pues el New York Times consultó a un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores israelí, que indicó que ese gobierno no tiene relación con el filme y que Bacile no es conocido en los círculos de directores de ese país.
Incluso en California, la existencia de un filme completo es casi un mito: ejecutivos de agencias nunca escucharon de la película o de un cásting para reclutar a alguno de los 60 actores que participaron en ellas. Los sindicatos, tampoco. Y en el video que circula en Internet, los directores de cásting no reconocen a ningún actor. Para llegar hasta el final del misterio, FilmLA, la agencia que coordina los permisos de filmación para locaciones en Los Ángeles (y entidades similares en otros condados californianos) no la tienen en sus registros.