AUGUSTO TOWNSEND KLINGE Editor central de Economía – Enviado especial de El Comercio
Hoy arrancó la segunda gira del año del colectivo inPerú, que tuvo como primer destino a Abu Dhabi, el principal de los Emiratos Árabes Unidos. Es la primera vez que esta asociación público-privada busca captar inversiones en el medio oriente (luego va a Fráncfort y Londres, en Europa). La agenda incluye reuniones en el National Bank of Abu Dhabi, el Abu Dhabi Investment Authority (que maneja el fondo de inversión más grande del país que tiene como US$875 mil millones en activos), el banco central de Abu Dhabi y la Mubadala Development Company, el vehículo a través del cual este emirato invierte en sectores como energía, industria, aeroespacial, infraestructura, bienes raíces y otros.
Por el perfil de los inversionistas emiratíes que participarán, puede decirse que esta es la gira de mayor nivel que ha realizado inPerú hasta la fecha. Esto incluye a funcionarios del más alto nivel a cargo de los fondos de riqueza soberana del país, a quienes se busca convencer de que inviertan en el Perú.
Pero, a diferencia de anteriores giras en las cuales las reuniones con inversionistas se realizaban en el mismo local donde ocurrían las conferencias, esta vez los inversionistas emiratíes han pedido que los peruanos vayan a sus propias oficinas. Esto asegura que las tratativas se realicen no con intermediarios, sino con quienes toman las decisiones de inversión.
Cabe indicar que Emiratos Árabes Unidos es un país con una población de tan solo 8,3 millones (menos que Lima), pero con un PBI per cápita superior a los US$48.000 (el peruano solo alcanza los US$10.700, ajustado a paridad de compra). Aun cuando el petróleo llegó a representar el 90% de su PBI, hoy esa proporción se ha reducido a un 30% como consecuencia de un gran esfuerzo de diversificación de su economía. Prueba de ello es el emirato de Dubái, donde está alojada la delegación peruana, el cual se ha convertido en un importantísimo destino turístico con atracciones como el Burj Khalifa (el edificio más alto del mundo), el famoso hotel Burj Al Arab (en forma de vela que dice tener 7 estrellas), y la isla artificial en forma de palmera que alberga exclusivas casas de playa.
La jornada del domingo cierra precisamente en Dubái con una cena organizada por el sultán Ahmed bin Sulayem, presidente de DP World, cuya subsidiaria tiene en concesión el muelle sur del puerto del Callao. Ella contará también con la participación del jeque Hamdan bin Rashid Al Maktoum, ministro de Finanzas e Industria de los Emiratos Árabes Unidos. El lunes, en tanto, será un día cargado de presentaciones y reuniones con inversionistas en Dubái.