TEXTO Y VIDEO: Discurso del Papa en Hospital San Francisco de Asís TEXTO Y VIDEO: Homilía del Papa en el Santuario de Aparecida
Aparecida (EFE / elcomercio.pe). El papa Francisco puso hoy al pueblo latinoamericano bajo la protección de la Virgen de Aparecida, la patrona de Brasil, exhortó a los fieles a no perder la esperanza y afirmó que aunque el diablo, el mal, existe, no es el más fuerte, el más fuerte es Dios.
El obispo de Roma también pidió a los padres y educadores que transmitan a los jóvenes los valores que les hagan artífices de un mundo más justo, solidario y fraterno.
Hoy en día, todos un poco, y también nuestros jóvenes, sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el dinero, el éxito, el poder, el placer, agregó.
Francisco hizo estas manifestaciones en la misa que oficia en una mañana fría y lluviosa en el santuario mariano de Nuestra Señora de Aparecida, a 245 kilómetros de Río de Janeiro.
LA VIRGEN DE APARECIDA Francisco viajó a Aparecida para postrarse a los pies de la virgen negra, pedirle por el éxito de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud y poner al pueblo latinoamericano bajo su protección.
Hoy, en vista de la Jornada Mundial de la Juventud que me ha traído a Brasil, también yo vengo a llamar a la puerta de la casa de María que amó a Jesús y lo educó para que nos ayude a todos nosotros, Pastores del Pueblo de Dios, padres y educadores, a transmitir a nuestros jóvenes los valores que los hagan artífices de una nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno, afirmó.
Francisco llegó en helicóptero desde la ciudad vecina de Sao José dos Campos, a donde se trasladó en avión desde Rio de Janeiro, sede de la Jornada Mundial de la Juventud.
UN RUEGO A LA VIRGEN Tras bajar del helicóptero, el papa hizo un recorrido hasta la basílica en un vehículo abierto en el que iba de pie saludando a la multitud de fieles que lo aclamaban. Sus agentes de seguridad le acercaron cinco niños a los que besó a lo largo del recorrido
Al llegar al templo, se inclinó ante la imagen de la Virgen de Aparecida y permaneció ante ella en silencio con ojos llorosos.
Madre, te pedimos permanecer aquí, siempre acogiendo a tus hijos peregrinos y estar siempre a nuestro lado, acompañar a la gran familia de tus devotos, sobre todo cuando la cruz más nos pesa, expresó. En tus manos encomiendo mi vida, agregó.