Raven: una revisión discográfica parte I
Este año tendremos en Lima uno de los grupos más señeros en la historia del heavy metal y que fuera uno de los protagonistas de la escena de la NWOBHM, aquel movimiento primigenio en el que inició la cultura headbanger en los estertores de la década del 70. Estamos hablando de Raven quien, junto a Heathen (otra gloria, esta vez del thrash metal), estará presentándose el 11 de marzo en Wayruro Rock (Lince) gracias a Danger Steel.
Efectivamente, Raven es uno de los nombres columnarios insoslayables de lo que fuera el origen del heavy metal tal como lo conocemos y de hecho figuran al lado de gigantes de la talla de Saxon, Diamond Head, Venom, Def Leppard y Iron Maiden, aunque su actual convocatoria no sea tan masiva como la de estos últimos. Sin embargo durante los 80, en particular en la primera mitad de los 80, eran tan multitudinarios como los más grandes y se les consideraba en la punta de lanza de todo el ataque metal mundial de entonces. Simplemente estuvieron más sujetos a los vaivenes que sacudieron al movimiento a lo largo de su historia y no siempre optaron por las soluciones más prácticas o efectivas en el momento. Aunque su trabajo ha experimentado muchas variaciones siempre se han movido dentro de los límites del más reconocible heavy metal. Nunca pretendieron adaptarse ni al glam de la segunda mitad de los 80 (como casi todas las bandas de heavy y hard rock de entonces) ni mucho menos se prestaron a la “modernización” que representaron el nü metal, ni el new metal ni de toda la influencia Pantera/Machine Head de los 90. Siempre fueron Raven, para bien y para mal.
Esto ha dado lugar a que su discografía sea una de las más ricas y heterogéneas dentro del heavy tradicional, merced ante todo de los cambios de alineación con las influencias que esto ha implicado. En total la banda ha lanzado 12 discos de estudio y 2 álbumes en vivo, además de numerosos singles y algunos home videos. Los cuales han recibido desigual atención en función del estado del metal y su contexto en aquel momento. La intención de esta nota y las siguientes es repasar y examinar con algún detalle, esta vasta discografía.
Los clásicos: Metal hasta derrumbarnos
Se puede decir que el nombre de Raven fue catapultado por sus tres discos iniciales, Rock Until You Drop (1981), Wiped Out (1982) y All For One (1983) que constituyen una unidad estilística muy clara. La alineación está formada por los hermanos Gallager, en guitarra y voz, y Rob “Wacko” Hunter a la batería. El primero es un disco tan bueno que creo que si hubiese sido editado en 1979 antes del debut de Iron Maiden, habría sido Raven la gran banda emblemática de la NWOBHM ya que tiene todo para ello. Excelentes temas y sobre todo esa rabia musical que tuvieron las primeras bandas que conjugaban los sonidos de los 70 del hard rock/heavy metal, la gran pericia técnica con la furia punk. Por momentos John Gallagher recuerda a Di’anno. Una escucha atenta del disco nos revela la influencia previa sobre todo de Thinn Lizzy y muchos contactos con lo que hacía Maiden en esa época. Sin embargo era su propio sonido enloquecido y enfebrecido por la guitarra de Mark Gallagher el que les daba su personalidad. Todos los cortes de este trabajo se pueden considerar clásicos, Hard Ride, Hell Patrol, Over the Top que está entre los mejores temas del heavy metal, al lado de Pahntom of the Opera de Maiden o Ace of Spades de Motörhead, o mi favorita del disco, el cover de The Sweet de los temas Hellraiser/Action fusionados, con una de esas declaraciones rockeras geniales: So you think you’ll /take another piece of me/to satisfy your intellectual need/Do you want, do you want…Action? Demasiado.
Wiped Out, de 1982, siguió con la ascendente carrera de la banda pero esta vez trabajaron los temas con más rapidez e independizándose un poco de la herencia de los 70 que había marcado su debut y desarrollando un sonido más propio que acabaría siendo parte fundamental de lo que hoy conocemos como heavy metal tradicional. Los Raven, a partir de ese momento, forman parte de una subcultura dentro del rock: son headbangers, no solo rockeros. En este disco eso se vuelve explícito. Bring the Hammer Down es uno de esos temas que demuelen todo lo que se pone a su paso. Wacko está realmente enfermo de locura en este disco, no me extraña que hayan influido tanto en el emergente movimiento de speed/thrash metal. Con temas como To the Limit/ to te Top es imposible no identificarse con la energía de un movimiento de heavy metal aún joven y poderoso.
All for One, de 1983, marcó el ápice de este primer periodo. En este disco las revoluciones se desaceleran un poco, pero no la fuerza de la banda que sigue manufacturando temas inolvidables y exhibiendo cada vez mayor pericia técnica, aunque ya se nota la inmersión profunda en la codificación estándar del metal clásico. El sonido es también algo diferente y lo estandariza un poco más (el productor fue el mundialmente famoso Michael Wagener). Sin embargo su impacto en el mundo del metal fue enorme; sus ventas, altísimas. Esto motivó que saltasen al sello transnacional Atlantic. Los temas, también en este caso, son clásicos automáticos, como Mind Over Metal, All for One, Hung, Drawn & Quartered o Athletic Rock, tema, este último, que hace referencia al estilo visual que desarrollaban, lleno de ropa e implementos deportivos (pero de deportes duros, como el hockey o el futbol americano), como parte de su propia personalidad distintiva, tal como lo hacían otras bandas de ese entonces.
Lamentablemente, Atlantic trato de domesticarlos y que creasen un estilo más orientado al pop para poder entrar con menos problemas en la radio, la banda se rehusó y eso conllevó a una menor promoción del grupo, lo que les perjudicó en el mercado en una época en la que muchas bandas estaban en el ruedo. De esta forma comenzaron los altibajos.