Lay Fun, de “perro salvaje” a ejemplo de la policía
Lay Fun, de “perro salvaje” a ejemplo de la policía
Redacción EC

El 11 de julio de 2006, dejó de ser el perro guardián de la cochera ubicada en la cuadra 6 de la avenida Abancay y se hizo protagonista de las páginas policiales. Aquella madruga había matado a mordidas a un delincuente que ingresó al terreno a robar autos.

Entonces el rottweiler, de 5 años de edad, fue catalogado de “asesino, salvaje y violento”. Fue encerrado en una estrecha celda, la A-46 del Centro Antirrábico de Chacra Ríos. Su futuro estaba casi definido, el iba a sacrificarlo.

La directora del centro antirrábico, Mónica Villanueva, anunció que por vía intravenosa se le aplicaría una inyección, con un tóxico sobresaturado para que se quede dormido y poco a poco vaya muriendo. Algunas agrupaciones de defensa de los animales criticaron esta decisión, y exigieron que el perro sea perdonado, pues actuó en defensa de la propiedad que vigilaba.

Según la Ley 27596, que regula el régimen jurídico de canes, todo perro debe ser sacrificado cuando hiere o mata a personas o animales. Sin embargo, también determina que hay excepciones cuando las mascotas lo hacen en defensa de la integridad de su dueño o de la de la propiedad privada que cuidan.

Lay Fun junto a su guía. (El Comercio)

ADOPTADO POR LA PNP
Fue entonces cuando muchos empezaron a mirar a Lay Fun como ejemplo, como símbolo de la “lucha contra la delincuencia” y hasta un abogado defensor tuvo. Se trató del letrado Juan Aragón Villena, quien impidió que el can sea sacrificado.

Nuevos detalles fueron saliendo a la luz. El primero provino del ex jefe de la División de Homicidios de la PNP, coronel Leonardo Morales Naupari: Lay Fun había sido adiestrado en la División de la Policía Canina.

Las voces de defensa del perro tuvieron eco. Tras un proceso de observación, Lay Fun dejó la celda del centro antirrábico para llegar a la sede de la División de la Policía Canina del Rímac, más conocida como El Potao. Ahí volvió a ser adiestrado y recibió un cuidado especial.

Después de esto, el animal nunca se mostró como un perro agresivo. Participó en actividades de la policía canina e incluso en eventos con niños. Se convirtió en ícono de la PNP y en la cara visible de ese estamento. Incluso participaba en los desfiles por la Parada Militar.

ENFERMEDAD
Luego de cinco años de servicio, en 2011 Lay Fun del Escuadrón Canino de la Policía Nacional debido a un problema en su pata izquierda y a su avanzada edad.

El entonces comandante de la Policía Canina, Rafael Vela Bocanegra, agregó que, con nueve años, lo normal era que los rottweilers dejen el servicio. Además, la ligera cojera de la pata izquierda de Lay Fun le impedía realizar su patrullaje con normalidad.

Así la situación,  para el valeroso can: que su guía lo adopte, que sea donado o que se le sacrifique. En la PNP optaron por lo primero. “Lay Fun va a permanecer en la Policía Canina por disposición judicial. Está en custodia en la Policía Canina, no va a ser eliminado”, garantizó Vela.

“Tengan la seguridad que Lay Fun , con las atenciones veterinarias y la alimentación que le corresponde”, añadió.

Así ocurrió hasta hoy en la mañana, cuando un paro cardíaco .

Lay Fun tenía 13 años y “una hoja de servicio ejemplar”, dijo Olger Benavides, jefe de la Policía Canina, como ensayando un discurso de homenaje póstumo. Añadió que sus restos serán cremados tras una ceremonia pública en el cuartel de El Potao. Será hoy desde las 3:00 p.m.

Contenido sugerido

Contenido GEC