El cantante británico Morrissey, uno de los intérpretes más respetados, complejos y polémicos del mundo de la música popular, acaba de publicar su esperada autobiografía en la que refiere sin pelos en la lengua a la sociedad británica, su experiencia en el ambiente discográfico y sus vaivenes amorosos tanto con hombres como con mujeres.
Morrissey, que tiende a ser muy reservado con su vida privada, reveló que no tuvo una relación amorosa completa hasta los 35 años y fue con un hombre, pero también cuenta que contempló tener hijos con una mujer.
El cantante fue despiadado con los magistrados que juzgaron la batalla legal en torno a la disolución de su conjunto, The Smiths, y con el sello discográfico a quien pertenecía.
COMO ÓSCAR WILDE El libro ha sido descrito como entretenido y lleno de detalles picantes y graciosos, con los nombres propios que uno quiere conocer cuando lee una autobiografía.
Acaba de ser publicado por la editorial Penguin en su línea de clásicos instantáneos, una clasificación que ha generado controversia dentro en el ámbito literario.
Keats y Yeats están de tu lado, mientras que Wilde está del mío, canta Morrissey en uno de sus éxitos, casi proféticamente, hablando de estos celebrados poetas de la lengua inglesa que, como él ahora, están editados en clásicos de Penguin.
El libro del cantante es más prosáico, sin embargo, y voluminoso: 470 páginas, sin división de capítulos ni índice. El primer párrafo es de cuatro páginas y media ininterrumpidas.
A pesar de su conocido hermetismo, habla abiertamente de su relación con Jake Walters, un hombre que conoció en 1994 en un restaurante. Escribe cómo Walters lo siguió hasta su casa pone un pie adentro y se queda dos años.
Fue la primera relación seria que tuvo en su vida: Por primera vez el eterno yo se convirtió en nosotros cuando, finalmente, pude entenderme con alguien, escribió.
Pero los amores de Morrissey no fueron exclusivamente con personas del mismo sexo. Cuando vivió en Los Ángeles, California, fue pareja de Tina Dehghani, una iraní que vivía en esa ciudad y con quien llegó a considerar tener hijos.
Morrissey describió esa relación como un compromiso sin restricciones. Tristemente, también describió haber sido molestado sexualmente por un maestro cuando tenía 14 años. A esa edad entendí el significado de las caricias sensuales e innecesarias, con sus ojos fijos sobre los míos, relató.
PLEITOS LEGALES Stephen Patrick Morrissey (su nombre verdadero) saltó a la fama como cantante del grupo The Smiths, uno de los conjuntos británicos más venerados e influyentes.
Una banda de la corriente indie rock, con composiciones melancólicas, letras ambivalentes y un cantante de voz y comportamiento singulares, The Smiths lanzaron cuatro álbumes entre 1984 y 1987, cuando se desintegraron.
La pelea legal sobre los derechos y regalías de las canciones es abordada en la autobiografía con acidez contra el baterista Mike Joyce y el juez que escuchó el caso a quien describió como el orgullo de la mocosería.
Tampoco tuvo palabras muy gentiles para con Geoff Travis, el representante del sello Rough Trade, con quien The Smith firmó un contrato discográfico. Según Morrissey, el conjunto le salvó la vida a Travis y le dio valor a largo plazo.
Con respecto a la industria disquera, el cantante acusa a la revista NME, una de las biblias del gremio, de querer destruirlo. Alega que cuando un nuevo editor asumió el puesto, convocó a sus reporteros para ordenarles que ahora deberían ir detrás de Morrissey.
Pero el libro también está lleno de anécdotas interesantes, humor, datos curiosos y nombres de los famosos.
Morrissey habla de verse con la actriz y cómica estadounidense Whoopy Goldberg, de cómo Mick Jagger de los Rolling Stones fue a ver un concierto suyo y sólo se quedó para cuatro canciones. Y se burla de Michael Stype, cantante de REM, por no lavarse los dientes antes de salir a cantar.
Recuerda que, al alcanzar la fama, todos querían ser sus amigos y una mañana lo despierta un insistente timbre de la entrada. Era Vanessa Redgrave, reconocida actriz británica.
Un vegetariano militante, cerrado con la prensa, impaciente con sus fanáticos, Morrissey ha sido acusado de narcisista y ególatra. El hecho de que haya insistido en que su autobiografía fuera publicada como un clásico instantáneo en Penguin antes del veredicto de los lectores no va a cambiar mucho esa imagen. No obstante, las reseñas que han salido hasta ahora son positivas.