Darío Facal: "El poder tiene que ver con el erotismo"
Darío Facal: "El poder tiene que ver con el erotismo"
Juan Diego Rodríguez

El telón está por subir para que inicie la temporada de "Luz de gas", obra que se montará en el  desde el 18 de marzo. Su director, el español , se toma un respiro entre ensayos para anunciar que el público verá una actualización del texto escrito por el inglés Patrick Hamilton en 1938.

¿Por qué decidiste montar "Luz de gas"?

Es un proyecto que tenía desde hace muchos años. Me parece que es un teatro comercial de gran nivel, que mezcla su género con la idea del maltrato. La obra es fascinante porque habla de ello sin entrar a una disertación moralista, prefiriendo el suspenso, con lo que logra eludir la frivolidad.

Entonces, crees que el teatro no debe hacer evidentes sus mensajes...

La labor del arte es lanzar las preguntas para que el público busque las respuestas. El teatro, cuando se convierte en un discurso moral, por muy pertinente que sea, está traicionando la propia esencia del hecho escénico. Va más allá del valor de los discursos o las temáticas. Hay novelas cuyos temas son muy necesarios, pero son nefastas; de igual forma, hay temas que no tienen relevancia, pero están escritos de tal forma que terminan siendo muy poderosos.

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¿Consideras que en la versión cinematográfica de George Cukor ("Luz que agoniza", 1944) se erotiza la tensión y el conflicto psicológico?

El poder y el control siempre tienen que ver con el erotismo; y el esposo, evidentemente, los ejerce sobre ella. Lo más complicado de conseguir, sobre todo en tramas de maltratos, es entender por qué la víctima no se rebela. Esa es la gran pregunta a la hora de afinar el texto. La puesta en escena debe hacer que el espectador se pregunte lo mismo y no piense que el personaje es un imbécil, sino que entienda que es maltratado porque ha cedido su voluntad, que ama alguien...

¿Hasta quedar ciego?

Ciego no es la palabra correcta porque está unida a cierto grado de estupidez y si la usamos, damos a entender que, de alguna manera, la víctima se deja maltratar y no es así. Esta violencia empieza cuando el personaje cede su voluntad. Además, hay que tener en cuenta el contexto. Una mujer casada en la época victoriana no tenía a dónde huir porque todo, cuentas bancarias, propiedades, eran del marido. El nivel de sometimiento social era muy fuerte y solo notándolo, se puede entender la desesperación de esta mujer. Eso es lo interesante de “Luz de gas”, que explica ese proceso y ayuda a comprender el mundo.

¿Cómo planeas actualizar el texto de Hamilton?

Es una obra comercial inglesa de principios del siglo XX y todo sucede en un salón, así que eso era lo que teníamos que eludir. En esta ocasión hemos querido enfatizar el aspecto expresionista de la obra, por lo cual hemos puesto una estructura metálica para representar el ático: un segundo piso en el que se puede ver al personaje interactuar con el entorno. La idea es resaltar las sombras y los terrores. No nos importa contar la historia de una forma objetiva sino de entender, percibir lo mismo que los personajes. Entrar a su subjetividad.

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Con varias puestas en escena en Lima, ¿cuál es tu relación con la nueva dramaturgia peruana?

La del desconocimiento (Risas). He tenido ocasión de leer a Ernesto Barraza, Federico Abril y Mariana de Althaus. También he leído a Gino Luque y a Jorge Castro, cuyos textos son excelentes.

Lo pregunté por si habías pensado en montar un texto nacional...

No ha surgido la ocasión. Mi gran problema es encontrar textos que realmente me sean motivadores para llevar a escena. Hay muchos textos buenos, apasionantes, pero es complicado.

Hace poco, Edgar Vivar dijo que el cine peruano es muy localista. ¿Te parece que eso también se aplica a la dramaturgia nacional?

En algunos casos, sí y otros, no. Los que yo he leído no me han parecido localistas en lo absoluto. Por el contrario, me parecen textos universales. De hecho, los de Gino Luque son, a nivel de experimentación formal y lingüística, sumamente interesantes, algo que no he encontrado en el resto de los que he leído.

MÁS INFORMACIÓN

Lugar: Británico. Dirección: calle Bellavista 527, Miraflores. Estreno: sábado 18 de marzo. Entradas: preventa hasta el 17, desde S/20 en boletería o Teleticket.

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