ÁNGEL HUGO PILARES @angelhugo

Pilar Cisneros nació en Lima y hace una semana fue elegida la mujer más influyente de Costa Rica por el diario “La Prensa Libre”, por encima de la presidenta Laura Chinchilla . Salió del Perú durante el gobierno de Velasco e hizo toda su carrera destapando escándalos de corrupción en el mismo lugar donde hoy se cuestiona a una empresa vinculada al ex presidente Alejandro Toledo .

Cisneros cree que ser la mujer más influyente de un país es solo una apreciación subjetiva. “Tengo 21 años en la televisión nacional y 12 en ‘La Nación’ , que es el periódico más grande y de mayor penetración. Son 40 años de exposición pública en prensa escrita y televisión, y una se ha vuelto parte de la vida de dos o tres generaciones de costarricenses”, explica.

—¿Es usted la piedra en el zapato de la presidenta Laura Chinchilla? Creo que he sido la piedra en el zapato de muchos gobiernos, porque creo que la labor del periodista es ser inquisitivo con las promesas de los políticos a ver si las cumplen o no. Tengo una forma de hacer periodismo frontal y valiente, y pregunto las cosas que hay que preguntar. No tengo ningún temor a ningún poder político, ningún partido ni nadie que pase por el poder. Creo en el poder del pueblo, de la prensa, y hago mi trabajo lo mejor que puedo.

—¿Debe estar el periodista siempre enfrentando al poder? No necesariamente, pero cuando hay justificación, me parece que la labor de la prensa es esa. Si un político viene y ofrece: “Yo voy a hacer esto y esto” y no lo hace, lo hace de forma diferente, o cuesta el doble, a mí me parece que parte muy importante de la labor de la prensa es averiguar por qué, porque eso se hace con recursos públicos y no privados.

—Hay quienes comentan que usted está preparando terreno para ser presidenta y hasta grupos en redes sociales la piden como candidata. Jamás. Para empezar, no puedo. Yo soy naturalizada, como usted sabe. Yo llegué aquí a los 17 años. En realidad no tengo ningún interés, sino que vivo mi profesión con mucha pasión. Y siento que la prensa, no solo la costarricense, sino la peruana, la prensa en EE.UU. y en Europa han hecho denuncias impresionantes y han parado actos de corrupción. No tengo ningún interés en eso.

—¿Cómo es que llegó a Costa Rica? Mi padre era Máximo Cisneros Sánchez, quien fue ex presidente de APSA y salió del Perú por persecución de Juan Velasco Alvarado . Le hizo un juicio porque según él no había pagado impuestos y APSA no pagaba impuestos por una ley que le daba beneficios para ser competitiva contra las grandes aerolíneas de ese entonces. Lo que pasa es que Velasco no le perdonó a mi padre que no hubiese querido sacar a Belaunde cuando dio el golpe de Estado. Velasco pretendía que se sacara a Belaunde Terry en un vuelo comercial fuera de itinerario. Él le dijo que no y le hicieron un juicio. Mi padre ganó ese juicio y Velasco sacó a ese juez, puso otro y luego hizo lo mismo otra vez. Cuando puso al tercer juez, mi padre dijo: “Tengo diez hijos que mantener y en algún momento van a encontrar a uno que me condene por algo que no merezco”. Entonces viajamos. Eso fue en 1972.

—Usted ha hecho parte de su carrera destapando escándalos de corrupción, que es un mal endémico en el Perú. ¿Se parecen tanto los latinoamericanos? Desgraciadamente, creo que es el mundo entero: vea a Berlusconi , vea ahora los problemas con Rajoy en España, Francia. ¿Dónde no? En América Latina también: vea el caso de Cristina Fernández cómo fue que aumentó su patrimonio diez veces mientras ella y su esposo eran presidentes. O el caso de Toledo : ¿De dónde va a sacar un hombre como Toledo 4 millones de dólares solo para comprarse una casa? Se ha hablado mucho de Alan García en su primera administración . En mi tesis personal, el nuevo dios del mundo es el dinero. No es un dios espiritual, es el dios dinero. Y en nombre del dios dinero la gente está dispuesta a sacrificar su nombre, su prestigio, su carrera. Yo creo que la corrupción efectivamente es un mal endémico de la sociedad moderna, pero no solo en América Latina.

—Me imagino que también en algún momento ha sido tentada… Viera que mi padre, a quien quise mucho y creo que fue un hombre muy sabio, me debe haber dicho cinco mil veces: “Hija, ¿cuánto vale poner la cabeza en la almohada y dormir tranquilo?”. A mí eso se me metió en la sangre y en las venas y no hay precio que te pague eso.

—¿Cómo se ve el Perú y la peruanidad a distancia? Me siento orgullosísima de mis raíces. En este momento el Perú es un ejemplo de cómo un país toca fondo y es capaz de levantarse de las cenizas. Le guardo una gran admiración por eso. Me siento feliz por lo que le ha pasado al Perú hoy. Con una economía pujante, una mejor administración de la riqueza. Con esa iniciativa y empuje que tiene el peruano para salir adelante. El Perú es tierra de oportunidades. Una siempre tiene ese dolor, digamos, de ser una leona de dos mundos. Yo respeto, quiero y admiro al país que me dio la vida y donde viví mis primeros 17 años; y, por otro lado, también quiero respeto y estoy superagradecida con el país que me acogió de los 17 años en adelante.