LUIS GARCÍA BENDEZÚ

A la altura del kilómetro 8,5 de la Carretera Central, en Ate, se encuentra la huaca Monterrey. Durante su apogeo, en el siglo XVI, este centro arqueológico comprendía un vasto territorio conocido hoy como Valle Amauta. En nuestros días, solo quedan dos pequeños sectores aislados por barriadas.

Desde hace tres meses, el Ministerio de Cultura trabaja en la recuperación del sector 1 de la huaca, ubicado entre los asentamientos Monterrey, Ocho de Enero y Señor de los Milagros. El proyecto, que culminará en agosto del 2014, servirá para la investigación científica y el desarrollo de Ate.

Los hallazgos realizados en las últimas semanas revelan que la huaca Monterrey esconde más secretos de lo que se pensaba. En la excavación se han detectado nuevas y complejas estructuras [ver infografía]. Esto ha permitido a los arqueólogos reconstruir poco a poco la historia de esta ciudad.

“Monterrey tiene una arquitectura laberíntica, con pasajes estrechos, oscuros y en zigzag. No eran calles de uso común, sino reservadas a una élite política o religiosa”, explica Julio Abanto, arqueólogo responsable de los trabajos en la huaca.

Según los investigadores, la huaca Monterrey fue construida por la cultura Ichma alrededor del año 1.300 d.C. Luego, fue poblada por los incas y hay vestigios de ocupación después de la llegada de los españoles. “Ya instaurada la Colonia, el lugar fue usado como cementerio. Después hubo un abandono y un aluvión”, dice Abanto.

COMUNIDAD INVOLUCRADA En los asentamientos humanos que rodean la huaca Monterrey viven hijos de los migrantes andinos que fueron desplazados por el terrorismo. Desde que se instalaron, hace unos 28 años, la huaca fue usada como botadero de desmonte, letrina, cancha de fulbito y fumadero.

El trabajo de los arqueólogos ha generado entre los pobladores el optimismo por la recuperación de este espacio histórico. “No creíamos que podía haber valor en esa huaca. Varios jóvenes que eran pandilleros trabajan ahora en la restauración”, señala Claudio Villarroel, dirigente de Valle Amauta. En total son 30 los vecinos contratados.

Luis Cáceres Rey, director de Patrimonio Arqueológico Inmueble del Ministerio de Cultura, señaló a El Comercio que el próximo año, cuando culmine la recuperación de la huaca Monterrey, se instalará un cerco para proteger el monumento. “Muchos piensan que las huacas son botaderos porque no hubo un involucramiento. Queremos cambiar esa visión. Los vecinos son los más beneficiados con esta restauración”, dijo Cáceres.

Según el funcionario, en Lima hay 366 huacas. No obstante, el 90% de ellas necesitan ser recuperadas, como el sector 1 de la huaca Monterrey. En ese proyecto el Ministerio de Cultura ha invertido S/.1’156.610.

“Tenemos una cosa clara. No toda la inversión la debe hacer el ministerio. Nunca acabaríamos y son millones[de soles] que no tenemos. La idea es hacer sinergia con otros sectores e instituciones para que nos ayuden a ejecutar ciertos proyectos”, explicó Cáceres.

Un ejemplo es el mantenimiento de la huaca Pucllana, que está a cargo de la Municipalidad de Miraflores.

PROSIGUE LA RESTAURACIÓN En Monterrey trabajan 16 arqueólogos y 30 obreros. Se han removido 150 m³ de desmonte.

Los muros de adobe miden hasta 4 m de alto. Se trabaja para eliminar los grafitis de las paredes.

En el sector 1, los arqueólogos han hallado una tumba casi intacta que contenía el cuerpo momificado de un niño.

La huaca Monterrey formó parte del fundo Monteverde.