Ilustración: Víctor Aguilar.
Ilustración: Víctor Aguilar.

Cunto habr degenerado nuestra poltica que se realizan elecciones y ya nadie gana. Los recientes comicios han dejado a todo el mundo fastidiado. El martes un columnista de derecha titula su anlisis Elecciones de terror; otro de izquierda Escalera al infierno. Vaya, unas elecciones dignas de Stephen King! A la derecha la entristece la multiplicacin de autoridades antimineras; la izquierda derrama lgrimas por esos limeos ingratos. El Apra, por su parte, duda entre llorar la defuncin del viejo amante norteo o devolver el queco que un bigote coquetn le ha dejado caer en el mismsimo velorio.

Ante el descontento general comienza a girar la ruleta de las culpas. Por primera vez en mucho tiempo, la derecha y la izquierda estn de acuerdo con cuestiones sustanciales y han encontrado al culpable de todo este desmadre: el ciudadano. La izquierda y la derecha unida jams sern vencidas! A darle con todo a ese sujeto inmoral, alienado, irracional, tarado, individualista, idiotizado, consumista, desinformado. Cuando ese mismo limeo prefera a Keiko sobre Humala, la derecha nos deca que tal era el sano reflejo poltico de nuestro pueblo empresarial y hayekiano. Y cuando esos mismos ciudadanos rechazaban la revocatoria, la izquierda celebraba nuestra polis de atenienses prudentes. Ahora que nadie ha ganado somos un pueblo enfermo.

Y esto no es nuevo, nos informa Enrique Pasquel. Ya habamos demostrado nuestra propensin a la inmoralidad cuando reelegimos a Garca y luego a Humala, el temible Capitn Carlos. Pero un ratito: y por qu no agregamos a esta inmoral lista que la lite peruana votaba muy tranquila por la representante del gobierno ms corrupto de la historia nacional? El gusto de las lites por la corrupcin ha de ser otro fenmeno, pragmatismo tal vez.

Esto me lleva a mi punto principal. Si queremos reformar el sistema poltico, debemos eliminar el nimo inquisitorio y sesgado. Junto al insulto contra el ciudadano, la reciente eleccin visibiliza tambin el prejuicio y el linchamiento fcil contra las regiones. Desde Lima se enjuicia el nivel de alcaldes y presidentes regionales, se fustiga la corrupcin de sus gobiernos, la ineficiencia de sus burocracias, el autoritarismo de sus lderes, para no hablar de aquellos con tendencias rojimias, a quienes ya deberamos haber encerrado en sanatorios mentales. Listo, hemos descargado nuestro anlisis contra ese Macondo gigantesco que asedia al Mnaco limeo (Neira dixit).

La descentralizacin es un fracaso por culpa de las regiones? Yo s que sera mejor responder que s y mantenernos en el confort de los prejuicios. Pero no es as. A la descentralizacin se le abandon desde el gobierno central, desde Lima. Para brindar un solo ejemplo recordemos que el gobierno de Alan Garca desactiv el rgano de direccin de la descentralizacin y lo convirti en un irrelevante despacho dentro de la Presidencia del Consejo de Ministros, al mismo tiempo que aceleraba el traslado de competencias y recursos a las regiones. Pero esos eran tiempos en que el PBI creca a todo trapo, a nadie le import.

Y cuando aumenta el crimen en las regiones a quin responsabilizar? Nos hemos olvidado que la polica es nacional y que todos los gobiernos aqu en Lima cambian a los ministros del Interior como al agua de los floreros sin concretar estrategia alguna contra el crimen? Y lo mismo sucede con ciertos gobiernos regionales, a quin culpar de la emergencia de gobiernos autoritarios y corruptos como el de lvarez en ncash? Al Poder Judicial nacional y su presidente en Lima incapaces de imponer la ley e impartir justicia en las regiones? O guillotinamos a los ancashinos y su deleite por la ladronera y el maltrato? Observar el fracaso de la descentralizacin como un asunto de las regiones es como culpar a los vagones por el descarrilamiento de un tren conducido por un maquinista ebrio.

Entonces, tenemos un sistema poltico defectuoso por muchas razones y culpas. Y desde hace tiempo. Tal vez haya en estas elecciones cosas de terror e infernales, pero hay muy poco de nuevo. Sus tendencias fundamentales estaban presentes en todas nuestras elecciones precedentes. Ante el gritero generalizado que acusa a los ciudadanos y a las regiones de inmorales y/o lobotomizados, es urgente recordar que esos ciudadanos y regiones se ven obligados a elegir en un marco institucional defectuoso y ante una lite poltica y econmica nacional indigente tanto a nivel de sus ideas como de su compromiso con el pas. Durante un par de dcadas a la derecha no le ha importado nada ms que el dgito de crecimiento del PBI y a la izquierda eliminar al tan mentado neoliberalismo econmico. De ese desinters comn por las instituciones naci y creci nuestro engendrito. Creo que fue Pedro Planas quien lo dijo, los pases no tienen los gobernantes que se merecen sino los que sus lites les ofrecen.