Ilustración: Víctor Sanjinez
Ilustración: Víctor Sanjinez

Un fantasma recorre la esfera pblica: la asimilacin o identificacin de la candidatura de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) a la del fujimorismo. Segn sectores de la izquierda, solo sera otro guardin del vilipendiado modelo econmico neoliberal. Segn la derecha conservadora, las distancias entre PPK y Keiko Fujimori seran mnimas en tanto defensores del modelo, ante lo cual convocan a PPK a no polarizar al pas, a pensar en la gobernabilidad futura, a no traicionar su identidad. Asimismo, Alfredo Barnechea, el candidato de un partido que nunca abandon la trinchera antifujimorista, se sum a quienes no distinguen entre ambas candidaturas. E incluso alguien podra sealar que yo mismo hace dos meses escrib en esta pgina: Todos sabemos que el Gabinete que maneje el Per a partir del 28 de julio del 2016 estar compuesto, en lo esencial, por tcnicos que seran ministros de cualquier presidente. Entonces, sin magnificar las diferencias, realmente da igual Chana que Juana?

Plantearse esta pregunta implica responder una previa: En qu esfera evaluamos si existe diferencia? Estoy convencido de que si nuestro punto de preocupacin fundamental es la democracia (y no la gobernabilidad, cambiar el modelo econmico, agilizar trmites o desatorar a palazos proyectos mineros), PPK es una mejor opcin que el fujimorismo.

Para justificar este diagnstico hace falta auscultar a tientas el futuro y observar con pruebas el pasado. Yo no considero que el fujimorismo haya hecho cambios suficientes para dejar de percibirlo como una amenaza a la democracia. Podra transformarse, como sugiere mi amigo Hugo Neira, en una derecha democrtica a la espaola? En una de esas. Pero tambin podra devenir es solo un ejemplo entre muchos en una suerte de partido colorado paraguayo que, luego de la dictadura de Stroessner, jams se convirti en una derecha democrtica sino en una maquinaria clientelar y corrupta.

Con mayora en el Congreso, y ayudado de unas mnimas alianzas, el fujimorismo podr nombrar magistrados del Tribunal Constitucional, contralor, defensor del Pueblo, etc Y enfrente tendr a unos partidos dbiles. Se perfilan los elementos de un blitzkrieg naranja. Quiere decir esto que Keiko Fujimori dara un golpe de Estado y robara en magnitudes similares a sus antecesores? Seguramente no. Pero existe el riesgo de algo as como un autoritarismo segmentado. Es decir, que sin hundir todo el rgimen en el autoritarismo, se desplieguen prcticas autoritarias contra periodistas independientes, organizaciones de derechos humanos, sindicatos, etc Por la correlacin de fuerzas y por los cuadros de cada uno, esos riesgos son bastante menores con PPK.

Trasladmonos del neblinoso futuro al concreto pasado. Por alguna razn que no llego a entender, la derecha peruana cree que estos ltimos quince aos inditos de convivencia de democracia y crecimiento econmico sostenido son algn tipo de herencia o prolongacin de los noventa. De otra manera, no es posible asumir que la representante del fujimorismo y el ex ministro de Toledo estn hechos de la misma madera.

El fujimorismo no nos leg ni instituciones democrticas ni un manejo pulcro de la economa: hubo que construirlos en estos quince aos. Nos hemos olvidado de que el fujimorismo instal a Vctor Joy Way de ministro de Economa para garantizar la farra de la re-re-eleccin de Fujimori? Entre 1998 y el 2000 el crecimiento econmico del Per fue casi inexistente. Para que el pas pudiera caminar democrticamente y volver a prosperar hubo que, entre otras medidas, demoler el Ministerio de la Presidencia, que acaparaba gran parte del presupuesto para el gasto indiscriminado y sombro del Ejecutivo, debimos restablecer un Legislativo funcional, desmantelar programas clientelares, reinstaurar un manejo tcnico en el MEF, devolver a los militares a sus cuarteles, reconstruir las instituciones electorales, etc Es decir, felizmente el fujimorismo se fug del poder el ao 2000 porque el pas enrumbaba a la bancarrota: sin democracia, con la economa frenada, polarizado en las calles y arruinado moralmente.

De ah hubo que rescatarlo. Y PPK, en tanto hombre fuerte del gobierno de Toledo, particip del desmontaje del autoritarismo heredado. Cmo as ambas candidaturas seran la misma vaina? Es ms, cmo as hasta PPK parece creerlo?

Kuczynski es el extrao caso de un poltico que nunca ha tenido inters en explotar su trayectoria reformista y demcrata. PPK fue ministro de Belaunde en los sesenta. Un Belaunde que, se ha olvidado, era tratado de comunista, terrorista; rechazado por buena parte de la lite limea que anhelaba el regreso electoral del dictador Odra. PPK fue ministro de ese gobierno que inaugur las elecciones municipales en el Per, que busc hacer una reforma agraria en democracia y que, acaso por primera vez en la historia electoral del pas, percibi que la sierra era una posibilidad y no un lastre.

As, PPK ha participado en los dos gobiernos ms decididamente democrticos y antiautoritarios en nuestra historia contempornea. No obstante, PPK ha construido a pulso la imagen de un seor muy conservador. Cuando se pide a los ciudadanos que ordenen a los candidatos de derecha a izquierda, siempre aparece ms a la derecha que todos, incluida Keiko. Su partido podra llamarse Peruanos por la Kontinuidad.

Que PPK sea percibido de esta manera, que no conecte con el Per no limeo y que, en definitiva, nunca haya encarnado la imagen de un presidente, se debe a una misma causa (literalmente, una ppkausa): jams ha parecido que el Per le importe como algo ms que un territorio al cual hacer crecer econmicamente. Y el ciudadano no espera eso de un lder. No buscamos nicamente alguien que asegure el impersonal crecimiento econmico de hoy, sino que garantice los derechos, los deberes, las instituciones que, en el largo plazo, nos permiten vivir uno al lado del otro. Ms o menos a eso se refieren los peruanos cuando pronuncian con frecuencia y anhelo la palabra estadista. No dicen mercadista, por cierto. Se siente, se siente, Pedro Pablo gerente! rima pero no es ganador.

Se puede construir un PPK antiautoritario, poltico, estadista, en cinco semanas cuando l pareciera haber desairado esa tarea durante cinco dcadas? Hay que intentarlo, de otra manera la eleccin es de Keiko. Implica, antes que nada, incendiar el disfraz de gerente. Si Humala se pas al polo blanco, por qu no podra l desempolvar el traje de poltico demcrata? Esto implica que PPK transmita, honestamente, que la eleccin de Keiko es un peligro para la democracia. Si quieren ganar, PPK y su gente deben creer y comunicar que el nudo existencial de la eleccin es poltico.

Y no es un asunto de mera estrategia: es que el modelo no es el criterio desde el cual se estructura el voto en el Per (cuntas veces, maldita sea, habr que repetirlo?). El drama de la eleccin es institucional, es poltico, es sobre el Estado nacional. Si transmiten con conviccin y a travs de medidas concretas que lo comprenden, tienen una oportunidad. Pero cuando he odo a PPK afirmar que si Mendoza hubiera pasado a segunda vuelta l habra votado en blanco, me ha saltado como un resorte el verso de una vieja cancin: que nadie va a ayudarte si no te ayudas t un poco ms.

Con todo, creo que PPK tiene credenciales de largo plazo para personificar un aguerrido candidato antiautoritario, antifujimorista. Porque, adems, no solo necesitamos que PPK lo sea para que intente ganar, sino porque solo de una competencia sin tregua y reida surgirn lmites a un fujimorismo vencedor. Los polticos no regalan nada: solo conceden. Y la concesin es hija de la competencia.

El futuro de nuestra democracia, entonces, depende de cunta pelea d PPK. Desde la izquierda radical hasta la centroderecha muchos estamos dispuestos a apoyarlo y rechazar al fujimorismo. Pero con una candidatura blandengue perdemos. Como en el verso de Vallejo, Pedro Pablo: ya va a venir el da, ponte el alma.