Estos das sugieren que el fujimorismo tambin est en emergencia y que parece muy poco dispuesto a hacer algo al respecto.
Primero, porque lo mejor que podra hacer Keiko Fujimori es anunciar el retiro del proyecto de ley presentado por su bancada para prohibir que una persona denunciada por delitos de corrupcin pueda ser director, productor o accionista de un medio de comunicacin (absurdamente, bastara una denuncia fabricada para retirar de circulacin a un periodista incmodo para el poder) y que establece, adems, una veedura que garantice la objetividad de las noticias a ser difundidas. Ambos supuestos son peligrosas armas contra la libertad de expresin: quin y cmo decidira lo que debe o no publicarse? Ms all de una supuesta buena intencin, es inconstitucional y absurdo! Asimismo, la iniciativa trae consigo algo letal para Keiko y compaa: revive las peores pesadillas sobre lo que para el fujimorismo de los aos 90 fue la libertad de expresin.
Todos lo recordamos: millones de dlares entregados por Vladimiro Montesinos para comprar la lnea editorial de importantes medios de comunicacin y una prensa chicha financiada para acosar y difamar al periodismo crtico. Cmo ser de monumental esta metida de pata que varios analistas que suelen simpatizar con Keiko vienen tomando distancia del proyecto.
Segundo, porque pese al tiempo transcurrido desde el inicio del gobierno ocho meses, el fujimorismo parlamentario no se consolida. Setenta y dos votos no han significado una diferencia de fondo, solo aritmtica, respecto del oficialismo y sus eventuales aliados, como APP. La bancada naranja parece inundada ms de voces disonantes e intereses individuales que de una idea y accin de conjunto.
Tercero, porque Keiko tampoco ha logrado articular una buena respuesta poltica ante los yerros del Ejecutivo. Tras el equipo tcnico de primer nivel que la acompa durante la campaa, no cuenta hoy con lo ms parecido a un gabinete en la sombra que le d ideas, cifras y sentido comn a sus crticas. Mensajes que acentuaran en muchos votantes la idea del tipo de presidenta que se perdi el pas y no la imagen de una lideresa incapaz de superar la derrota que a veces proyecta.
Cuarto, el enfrentamiento que mantienen Keiko y Kenji, que refuerza la idea de un fujimorismo dividido. Keiko parece olvidar que en poltica las apariencias cuentan, y vaya que cuentan! Le ocurri en el 2011 y en la campaa del ao pasado, donde perdi en el ltimo tramo y por errores propios. Aunque muchos no lo crean o les disguste admitirlo el fujimorismo tambin est en emergencia.