(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)

Primero lo escuchas comentar en una reunin. Luego te contacta una amiga y te dice que tiene una gran propuesta que hacerte: has sido elegida para formar parte de una comunidad especial. Vas a unir tu energa a la de millones de mujeres que tejen el telar de los sueos y que se apoyan entre ellas. Te llega un video (con contrasea porque es solo para los elegidos) en el que te explican que esto es una filosofa ancestral, que viene del frica, que lleg a Canad, que se inspir en el ejemplo de unos monos que aprendieron a trabajar de manera solidaria y cambiaron su mundo.

El video y todo el material de induccin vienen cargados de frases hechas, mandalas y una serie de elementos esotricos. Al final tanta espiritualidad concluye en algo bastante terrenal: tienes que aportar 1.400 dlares a un grupo de mujeres que organizan esta comunidad. Debes, a su vez, contactar a otras dos que aporten tambin sus 1.400 dlares. La promesa es tentadora: en cuatro semanas recibirs tu primer regalo de 11.200 dlares y si sigues aportando dos cuotas ms (siempre de 1.400 dlares), para la semana diez habrs recibido 33.600.

Actualmente en Lima la comunidad est en activo movimiento. Mujeres de clase alta, la mayora con estudios universitarios, se prestan a este perverso juego que lo nico que disfraza tras las mandalas, el aire y el fuego es una vulgar pirmide financiera que en algn momento se va a desmoronar (s, igualito que CLAE). Van a reuniones, captan amigas, convierten a las incrdulas, no dejan que nadie se desanime y as van armando una telaraa de estafas. Van tejiendo una manera fcil de ganar dinero que va a terminar como siempre terminan estas cosas: con un gran grupo de mujeres que no podrn recuperar un sol. Con una gran base que habr sido timada por una cpula que se llev la jugosa suma vendindoles aire.Pasndose la plata de mano en mano.

La telaraa de los sueos ya lleg al Per, tras haber dejado su ola de estafas por pases como Mxico, Colombia o Espaa. Y cada vez que escucho un testimonio, cada vez que me entero de alguien que ya se meti, no puedo evitar preguntarme en qu clase de sociedad nos estamos convirtiendo. Qu clase de ceguera puede acompaar a alguien que se mete en un esquema de fraude justificando su conducta con filosofas baratas y cuentos esotricos. Nada ms lejano a la solidaridad se teje en esta actividad que no solo es inmoral, sino tambin ilegal.Lamento decirles, seoras, que no hay nada elevado en lo que hacen: hay angurria, hay mucho de esa doble moral que justifica lo que le conviene. Hay egosmo y enormes dosis de frivolidad. Que alguien las pare ya.

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