Nicolás Noblecilla

La delincuencia y la corrupción destacan como desafíos cruciales en el Perú, impactando significativamente en la gobernabilidad del país. Según la Contraloría General de la República (CGR) en el 2022, 8.730 funcionarios públicos estuvieron involucrados en actos de corrupción, marcando un aumento del 12,8% respecto del año anterior, con transacciones asociadas estimadas en S/ 5.735 millones.

La percepción ciudadana sobre la corrupción también ha crecido, con el 54,1% considerándola el principal problema del país, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), superando a otras preocupaciones como la delincuencia y la pobreza.

En cuanto a la confianza en las instituciones, los partidos políticos, el Congreso de la República y la Procuraduría Anticorrupción figuran entre las menos confiables. Estos desafíos no solo afectan a la gobernabilidad, sino también al desarrollo económico, obstaculizando la inversión y la productividad.

Como solución, y teniendo en cuenta lo sucinto de este texto, considero crucial establecer mecanismos sólidos de transparencia y rendición de cuentas, como la publicación de presupuestos y el fortalecimiento de la CGR.

La educación cívica y la concientización sobre la integridad pública son esenciales, junto con sanciones proporcionales y disuasorias para los corruptos. La participación de la sociedad civil, los medios de comunicación y las organizaciones no gubernamentales, así como el uso de la tecnología y de los datos abiertos, complementan esta estrategia integral.

Comprendiendo esto, el Perú ha emprendido esfuerzos para abordar este desafío mediante iniciativas lideradas por entidades como la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción, que se dedica a prevenir, sancionar y facilitar la denuncia de actos de corrupción.

En resumen, es fundamental enfrentar estos desafíos de manera efectiva y fortalecer las instituciones para edificar un futuro más justo y equitativo, asegurando la seguridad y la confianza de los ciudadanos.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.


Nicolás Noblecilla Estudiante de Derecho de la Universidad de Lima