Por Ernesto Suárez
En el distrito de Pocollay, a 10 minutos del centro de Tacna, se encuentra la casa de la familia Salinas Morales, que en diciembre de cada año es visitada por cientos de personas que llegan de distintos lugares para mirar el nacimiento más grande del Perú y, quién sabe, también del mundo.
Cada rincón de la vivienda de los Salinas se convierte en un gran nacimiento familiar, que ocupa los más de 200 metros cuadrados de su casa, con unas 5 mil figuras representativas de las distintas regiones del Perú.
Desde hace 25 años, cada mes de octubre la familia Salinas empieza a desocupar una a una las distintas habitaciones de su casona, para dar paso a este nacimiento, que ocupa 10 ambientes y que se ha convertido en una tradición en Tacna. La meta es que el nacimiento esté listo el último día de noviembre. El primer día de diciembre la hermosa instalación es bendecida por el párroco local, lo que da inicio a una impresionante exhibición de aproximadamente 5 mil pequeñas piezas, que se prolonga hasta el 6 de enero.
Don Isauro Salinas tiene 83 años, es natural de la provincia altoandina de Candarave y es el gestor de esta actividad que emprende cada año con la intención de mostrar los estilos de vida de las distintas regiones naturales del país y cómo celebran la Navidad en cada lugar.
Junto a su esposa, Amanda Morales, don Isauro trata de despertar el entusiasmo por conocer nuestra patria y resaltar la razón principal de su vivir, que es alabar a Dios. A pesar de la tragedia familiar que les tocó vivir hace unos días, cuando murió una de las hijas, la familia Salinas Morales no dejó de lado la costumbre de compartir la tradición navideña.
En el 2001 tuvieron que suspender el armado del nacimiento a causa de los daños que sufrió su casa por el terremoto que azotó la región en junio de ese año. Para el año siguiente pudieron reconstruir la vivienda y retomar la tradición.
Los espacios dedicados a las regiones de Arequipa, Ayacucho, Trujillo y la selva son los más llamativos. El 6 de enero, Día de la Epifanía, se cierra la calle Zela, donde está ubicada su vivienda, para agasajar a los niños que lleguen, sin distinción de clase, raza o credo. Para esta pequeña gran fiesta, las señoras de la compañía de Gitanos Hijos de la Virgen del Carmen preparan el chocolate caliente que regalarán a los niños, lo que pone fin al nacimiento de este año, para empezar de inmediato los preparativos del año que viene.
MÁS DATOS Aproximadamente 5 mil piezas se exhiben en 10 ambientes de la casa, donde se da vida a nacimientos de la costa, sierra y selva.
Toda la familia Salinas Morales contribuye a la confección del nacimiento.
Las luces que adornan el nacimiento se renuevan cada año.
Las señoras de la compañía de Gitanos Hijos de la Virgen del Carmen apoyan a la familia Salinas Morales con la fiesta de cierre.