El reto de Ollanta Humala es remontar cinco grandes pasivos
El reto de Ollanta Humala es remontar cinco grandes pasivos
Redacción EC

RODRIGO CRUZ A.  

El reciente apuro que tuvo el presidente en la elección de la Mesa Directiva del Congreso no fue una señal, sino un efecto de la creciente crisis de gobernabilidad que atraviesa su gestión. Crisis que se ha visto reflejada en la constante caída de su popularidad y en la fragmentación de su partido. 

Hoy Humala inicia su penúltimo año de gestión en un contexto de desconfianza y de desaceleración económica. El mensaje que dará hoy en el Congreso será el último con efecto practico. Y es que en el 2015 comienza su salida del poder dentro de una campaña presidencial. ¿Qué factores son los que generan este panorama desfavorable para el presidente?
 
1. Desaceleración económica y poca reacción
La caída de las inversiones privadas y el decrecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) (según el BCR este año será de 4,4% pero inicialmente se proyectó 6,7%) son señales de la poca habilidad que ha demostrado este Gobierno para transmitir confianza al sector empresarial en este tramo. El mandatario ha asegurado que ello se debe a factores externos, por ejemplo, la caída del precio de los metales; sin embargo, eso no sería así. Para el analista político Víctor Andrés Ponce, el pesimismo del inversionista también se debe a la poca estabilidad política e institucional que ha demostrado la gestión nacionalista. “Este estilo de gobernar en base a la voluntad de la omnipresente lo está llevando directo a una crisis de gobernabilidad”, aseveró Ponce a El Comercio.
 
“Si bien el país se ha desacelerado económicamente, esto no quiere decir que no vaya a crecer. Este decrecimiento debe estar impulsado con optimismo. Y ese es el problema más importante que tiene el presidente: la gente no le cree”, señala la abogada Cecilia Blume, ex jefa de asesores del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
 
2. La inseguridad ciudadana: el clamor social
Todas las encuestas lo dicen. La inseguridad ciudadana es el principal clamor de la población. “Si el Gobierno enfrenta el tema de la inseguridad ciudadana y la desaceleración económica podría recuperar su relación con la ciudadanía. Pero para ello el gobierno necesita un discurso coherente con lo que hace”, indica Ponce.
 
Seis cambios de ministros del Interior en tres años de gobierno no son pues muestras claras de una política a largo plazo de lucha contra la delincuencia. La sobreexposición mediática de , actual titular de Interior, evidencia las intenciones del Ejecutivo por combatir la percepción de inseguridad en las calles. Lo cierto es que Urresti ya tiene un mes en el cargo y a la fecha no ha anunciado ninguna reforma para resolver este clamor del país.
 
3. La caída constante en la popularidad de Humala
En resumen, los sondeos sobre la aprobación presidencial no le han traído buenas noticias al jefe del Estado: en su tercer año de gestión su popularidad ha caído ocho puntos porcentuales. Del 33% que tenía en julio del año pasado, ahora tiene 25%  de aprobación ciudadana a nivel nacional, según el último sondeo de El Comercio e Ipsos Perú.
 
Ponce sostiene que el Gobierno ha desaprovechado los picos de popularidad que tenía para implementar grandes reformas tanto en el sector educación como en el sistema de salud, por citar algunos. Lo cierto es que esta tendencia a la caída en la aprobación presidencial viene acompañada de la percepción ciudadana de corrupción. Un ejemplo de ello es la encuesta de El Comercio hecha por Ipsos que indica que el 59% de la población nacional considera que en esta gestión hay corrupción.
 
4. Crisis en la bancada de Gobierno
Si bien Gana Perú retuvo la presidencia del Congreso por un año más, a la vez desató una de sus peores crisis internas. La renuncia de seis parlamentarios del ala radical (y  que podrían ser siete, de confirmarse la dimisión del independiente Jaime Delgado) demuestra la debilidad del nacionalismo.
 
“Esta crisis fue creada por ellos mismos, pudieron haberla evitado de miles de maneras. Aquí lo que hay es un exceso de confianza de la pareja presidencial ( y ) con el poder y creo que eso se les está acabando”,dice Blume. Con estas renuncias, la bancada de gobierno deja de ser la primera minoría en el Parlamento.
 
5. Seis primeros ministros en 36 meses de gestión
“Cada ministro no logra ni iquiera acomodarse el fajín y gestiona [su sector] a sobresaltos. Los relevos caen por sorpresa, casi al azar. Con esta improvisación es imposible pensar en políticas de mediano alcance”, dice el analista político Carlos Meléndez a este Diario.
 
La salida de del cargo de primer ministro por un presunto boicot de un asesor suyo a un parlamentario de oposición, fue el colmo de la inexperiencia política de este Gobierno. “Sus ex primeros ministros [Lerner, Valdés y Villanueva] ahora son sus más férreos opositores. Humala llega al cuarto año con un panorama bien complicado”, dice Blume.