Orellana desde la clandestinidad: No tengo cómo pagar abogados
Orellana desde la clandestinidad: No tengo cómo pagar abogados
Redacción EC

El prófugo abogado Rodolfo Orellana, sobre quien pesa una sentencia de prisión preventiva por 15 meses, difundió hoy una carta pública a través de RPP. En la misiva asegura una vez más que es inocente de los cargos que se le imputan (asociación ilícita y lavado de activos), y que es víctima de "un ensañamiento" y "condena anticipada". Según Orellana, su  error fue ser "un contestatario".

"No digo que sea inocente de todo lo que se me acusa, soy culpable de muchas cosas, sobre todo de haber sido un contestatario, de haber pagado con la misma moneda a quienes me atacaban, sin importar su apellido o estatus, sin importar si era un político influyente, una autoridad sospechosamente parcializada o un periodista", señala.

"Si me investigaban yo también investigaba, si me atacaban, yo también atacaba. En ese momento creí tener ese derecho, no digo que haya estado bien. En el caso de los periodistas cometí excesos pues pensé que había parcialización y falta de objetividad porque en muchos casos ni siquiera me llamaron para hacer mis descargos", continúa la carta.

"NO TENGO PARA ABOGADOS"
Desde la clandestinidad Orellana también afirma que no comprende "el por qué del ensañamiento, no solo conmigo sino con familiares y amigos que nada tienen que ver, están destruyendo familias enteras, persiguen a un supuesto criminal que no ha matado ni herido a nadie, que no ha cometido delito alguno”.

Además, se queja de que se le haya "congelado cuentas, incautado bienes y documentos".

"No puedo disponer de propiedades, vehículos, terrenos adquiridos de forma legal y no como cuentan algunos supuestos agraviados con muchos intereses”; y en esas condiciones “no tengo cómo pagar abogados, ni siquiera cómo mantener a mi familia”.

Según Orellana, él estaría siendo sometido a una “condena anticipada” y no a una investigación.

“Puedo aceptar esa condena por haber actuado como actué, pero no cometan, buscando una justicia ejemplar, una tremenda injusticia con quienes no tienen nada que ver con mi proceso. No apelo a su capacidad de perdón, apelo a su capacidad para diferenciar la injusticia del abuso, piensen que hay un Dios que todo lo ve”, termina la carta.

En ninguna línea se menciona si se pondrá a derecho.