Reseña: Final Fantasy VII para iOS

Hablar de los mejores juegos de rol es hablar de Final Fantasy VII. Este juego acaba de llegar al mundo de iOS gracias a Square Enix. Esta semana lo jugamos en el móvil como preámbulo al remake anunciado en el último E3.

Hay que aclarar que esta entrega es la misma versión que disfrutamos –con ciertas modificaciones- en la clásica entrega del RPG. Así pues, deberemos ayudar a Cloud, Barret, Tifa y compañía en su lucha contra una empresa de nombre Shinra, la cual goza del control total del suministro energético más importante de Midgar.

Pasando al modo de juego de esta entrega, Final Fantasy VII para iOS ofrece la típica forma de jugar de los años 90: charlas, juego turno por turno, combates espectaculares, mejoras de niveles, cambios argumentales, fases de exploración y una gran cantidad de enemigos liderados por un enemigo emblemático, Sephiroth. ¿Qué es todo esto? Un universo espectacular, rico y apasionante, que nos demandará unas muy buenas horas de juego y que no ha perdido para nada su vigencia en el tiempo.

Pero no todo es oro. Si bien el juego mantiene todo su espíritu, su sistema de control peca en algo, ya que sentimos que no se ha complementado adecuadamente. ¿El motivo? El juego en sí nos plantea un control táctil que simula la disposición de botones originales al de un mando de Playstation. Aunque esto no es nada malo, esto llevado a la práctica no termina de cuajar del todo.

Además, en esta entrega se han hecho diversos añadidos, como por ejemplo la posibilidad de desactivar algunos combates de corte aleatorio, o la de elevar los niveles hasta el máximo los valores de los protagonistas en el momento que deseemos. Si bien, esta última ha sido tomada en cuenta por los gamers con menos habilidad, creemos que le resta un poco equilibrio al juego en sí.

Por otro lado, su sistema de guardado en la nube utilizando el iCloud ha sido una gran novedad y acierto, ya que esta opción nos permite hacer grabaciones de nuestro juego en cualquier dispositivo y recuperarla en el que deseemos. Es una gran opción e innovación.

Sobre el apartado, podríamos decir muchas cosas, pero lo mejor de todo es que esta versión mantiene ese estilo característico del juego original, y aunque en uno que otro momento los fondos pre-renderizados se vean algo pixeleados, son esos detalles de los noventa los que han hecho a este juego todo un clásico. La música ni que decir, los temas de Nobuo Uematsu resuenan y se gozan en este universo de Midgar.

¿Qué podemos decir para finales este análisis? Simple. Final Fantasy VII es oro por donde se le vea; una gran aventura irrepetible, y que mantiene esa esencia intacta; y aunque una control un poco más pulido no hubiese sido nada malo, se deja jugar y disfrutar.