MARÍA PÍA BARRIENTOS @pia_barrientos Redacción Online

La ingenua Susanita tenía un sueño que la carcomía, la enceguecía, la desorientaba. Era un sueño que más parecía una obsesión: deseaba, con todas las fuerzas de su ingenuo cuerpecillo, insertarse en aquel selecto grupo que habita cada semana las páginas de sociales de los medios. Susanita quería ser ‘de la wich’, tener carnet de Aura, tomar red bull con whisky, ir a raves y no pagar la entrada.

Eso cambió (o mejor dicho, a eso le sumó) cuando conoció (a través de la televisión, claro) a Kim Kardashian. Entonces cambió de blanco: decidió que ‘la gentita limeña’, conservadora y de vez en cuando insufriblemente snob (según ella decía) le quedaba chica. Hoy sabe lo que quiere: aparecer en los titulares de los diarios, que la entrevisten, que la deseen, que la admiren. Hoy Susanita quiere ser igualita a Paris Hilton, a la regenerada Nicole Richie, a la recién casada Kim Kardashian. Ella quiere ser una socialité.

Es por eso que hemos decidido ayudar a esta alma perdida. Saquen papel y lápiz. Estos son los 5 pasos para convertirse en una copia de la mismísima Kim.

NOCIONES BÁSICAS Primero, algo de historia (sí, culturizarte no es requisito indispensable para hacer de ti una copia de Paris Hilton, pero nunca está de más). El término ‘socialité’, acuñado en 1886 por Louis Keller, designaba a aquellos privilegiados que componían la casi inalcanzable clase alta de los Estados Unidos. Allí deambulaban señoritas que vestían sus mejores galas para ser introducidas en sociedad (y encontrar el mejor partido) en lo ominosos bailes de debutantes, glamour y más glamour, pero también insoportable machismo. Con el tiempo Keller sacó a la venta el ‘Social Register’, lista compuesta por el nombre y la dirección de aquellos contactos más valiosos.

Con los años el ‘star system’ hollywoodense vino a cambiar el término. Las celebridades comenzaron a insertarse en la clase alta. Incluso la actriz Grace Kelly se casó con el mismísimo Rainiero de Mónaco. Hasta la verdadera realeza se inmiscuyó en la colada (sino recuerden a la princesa Carolina de Mónaco festejando de lo lindo en la mítica discoteca Estudio 54). Probablemente, tras esa orgía de términos nació aquello que algunos llaman ‘celebutante’, celebridad y debutante. Dos palabras unidas en una poderosa etiqueta que designa a esas que son famosas por ser famosas y cuyo talento, oficio u ocupación resulta bastante difícil de precisar.

La palabra fue usada por vez primera en 1939 en una columna para describir a la debutante Brenda Frazier (famosísima en la década de los 30 y los 40), años después la parrandera Diane Brill fue coronada como la “Reina de la Noche” por Andy Warhol. Una nueva raza había nacido.

1. DIME CON QUIÉN ANDAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES Tu círculo de amistades dice mucho sobre ti y para una socialité el relacionarse con GCU (Gente Como Uno) es básico. Sino mira a Kim Kardashian, quien gracias a su amistad con París Hilton (con la que años después rompió palitos) y el impulso de su video porno consiguió convertirse en lo que es hoy. Con varios millones en las arcas de tus ‘daddys’, una suculenta herencia y antecedentes conocidos podrás insertarte en un abrir y cerrar de ojos. Paris Hilton es bisnieta de Conrad Hilton, fundador de la cadena de hoteles Hilton; Nicole Richie es la hija adoptiva del famoso cantante Lionel Richie y el padre de Kim Kardashian es el reconocido y fallecido abogado Robert Kardashian. Sin embargo, si tus progenitores no ostentan millonarias cuentas, podrás recurrir al mecenazgo y rogar que alguna ‘celebutante’ te acoja bajo su superficial manto. También puedes inventarte un origen noble y decir que provienes de una lejana tierra o tener una affair tormentoso con alguna leyenda del rock o algún actor. Acuérdate: lo importante no es ser, sino aparentar.

2. PURA POSE Ser fotogénica es una habilidad innata y sumamente necesaria para sucumbir en el oscuro y glamouroso mundo de las socialités. En las alfombras rojas deberás asegurarte de mostrar todo tu encanto para los lentes de los ávidos paparazzi. Eso sí, posa desde diversos ángulos. Si no crees, solo mira a Paris Hilton. No importa qué digas, importa cómo te veas. Y si eres más exhibicionista y lo que quieres es llamar la atención, intenta la movida de la abertura de piernas (al estilo de Lindsay Lohan, Paris Hilton y Britney Spears). Si no llevas ropa interior, pues mejor. El escándalo ayuda. Los paparazzi se encargarán del resto.

3. LLÉVALO CON CLASE Invertir millonarias sumas en tu guardarropa es algo que no podrás evitar. Las grandes marcas de la moda han de ser un ‘must’ en tu closet. Por ejemplo, Kim Kardashian es fan de Lanvin y Nicole Richie es adicta a los zapatos Jimmy Choo. Anótalo. Asimismo, fotografiarse con el emblemático Karl Lagerfeld (conocido por llevar la todopoderosa marca Chanel) es algo así como un boleto al reconocimiento social. Si deseas ahorrar un poco, sigue la jugada de la siempre a la moda Olivia Palermo (socialité con fama de malvada que aparece en el realitu “The City”, de MTV), conocida por su creatividad al mezclar prendas adquiridas en tiendas por departamento con ropa de alta costura.

4. SOBERANAS DE LA VIDA LOCA No solo es importante con quién salgas, sino también adónde vas. Recorre a los lugares de moda: discotecas, restaurantes y las fiestas más in. Tus contactos te asegurarán la entrada a los más exclusivos ‘points’. Y aunque tendrás que ir de juerga más de 5 veces a la semana (por lo menos al principio) no se te está permitido lucir con resaca u ojeras. No aceptes nada menos que un Dom Perignon (cuyo costo es de más de $200 por botella).

Si quieres ir más allá, ser una ‘drama queen’ te mantendrá en el ojo de todos: una paseadita por la cárcel al estilo de Nicole Richie o París Hilton (asegúrate de posar sexy en la foto en la penitenciaria). Claro, tendrás que llorar en tu juicio y hacerte la diva en desgracia. No exageres, tampoco. Estar en el ojo de la tormenta es un arma de doble filo.

El video porno es por supuesto una de las estratagemas más conocidas para conseguir la fama. Que te lo cuente Kim Kardashian (2007) y Paris Hilton (2003). También peléate con tu mejor amiga (si es más famosa que tú y todo es falso, mejor) y crea un circo alrededor de eso.

En cuestión de hombres hay una regla básica: más es siempre mejor. Al estilo Paris Hilton, asegúrate que cada uno de tus romances sea seguido por los medios. Cuidado, ser selectiva es muy importante en este oficio. Se te permite estar con herederos, músicos, actores, deportistas, empresarios multimillonarios y hasta codiciados modelos.

5. TODO Y NADA A LA VEZ Tu oficio será siempre indeterminado. Incursiona en el mundo de la música (como Kim Kardashian y Paris Hilton), escribe un libro sobre lo difícil que es ser tú (como la segunda), sé la estrella de un reality, actúa en una película mala, saca tu línea de ropa, tu perfume y hasta tarjetas de crédito con tu nombre (como Kim). Aprovecha tu nombre, por algo lo has creado y, claro, no te olvides de ser solidaria y donar un poco de tu fortuna a los que no tienen tu suerte.

Así que ya sabes Susanita, ingéniate para cumplir estas reglas y serás una consumada socialité. Claro, probablemente vendas tu alma a Dior, tu reputación a alguna gigantesca televisora, tu dignidad a la industria porno y tu futuro a los tribunales. Todo tiene su pro y su contra. Solo una pregunta Susanita, ¿sigues estando tan segura de querer seguir los pasos de Kim?