Estos son los pedidos más extraños que se han hecho en un hotel
Estos son los pedidos más extraños que se han hecho en un hotel
Redacción EC

La consigna que todo trabajador de un tiene es que los huéspedes siempre son la prioridad y hay que asegurar que su visita sea la mejor. Pero hay algunos pedidos que hacen los viajeros que sobrepasan el límite llegando a ser algunos divertidos y otros muy sentimentales.

La página conversó con los conserjes de algunos hoteles en Estados Unidos quienes contaron sus experiencias con estos extraños requerimientos.

1. Un unicornio en el cuarto

Un huésped del hotel de Carolina del Norte pidió que le llevaran un unicornio a la habitación. La encargada del hotel, Katie Brown, le envió un unicornio de peluche y una divertida carta donde explicaba que “por motivos de migración” los unicornios habían dejado el lugar y que “dado el interés en la fauna local de varios huéspedes” iban a conversar con el líder de la manada de unicornios para que cambien sus hábitos migratorios.

2. Una pintura hecha con dedos

En el hotel de Santa Bárbara, la conserje Katie Allan tuvo que pintar un cuadro junto a su equipo de trabajo con sus propios dedos. El problema surgió porque la obra original, hecha por una pareja que se casaría en ese lugar, no había llegado al hotel y la ceremonia sería en unas horas. Ella buscó un artista local quien la ayudó a recrear la pieza.

3. Lanzar las cenizas de un perro en el mar

Una mujer hospedada en el de Honolulu le pidió al conserje Bert Momotomi que la ayudara a lanzar al mar las cenizas de su perro que había nacido en esa ciudad. Momotomi consiguió que una empresa llevara a la señora gratis hasta el medio del océano para que pudiera realizar su deseo.

4. Comprar un camello

La conserje del en Arizona, Victoria Cote, recibió el pedido de un hombre que quería comprar dos camellos. Cote consiguió un vendedor dispuesto a cerrar el trato pero el huésped se negó porque al camello le faltaba una joroba.

5. Una pedida de mano con mariachis

Eric Edenfield, conserje del hotel Golden Gate. Edenfield llevó a la banda que acompañó al huésped tocando mientras él hacía la pregunta más importante de su vida.

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