El 29 de junio, Día de San Pedro y San Pablo y Día del Papa, también es una jornada para recordar a Roma. No la actual, sino la antigua y pagana que se convirtió, con el paso de los siglos, en el centro del cristianismo. Dentro de ese legado, una figura importante fue Pedro o Simón Pedro, el pescador crucificado de cabeza por Nerón en el monte Vaticano (67 d.C.); y, asimismo, Pablo de Tarso, un auténtico consagrado a Cristo. Ellos dos fueron los apóstoles mártires más recordados de la historia cristiana.Pero, ¿cómo vivieron esa fecha en un balneario como Chorrillos, centro de pescadores creyentes en San Pedro? Pues a mediados del siglo XX, la misa del 29 de junio estuvo consagrada especialmente a Pedro (Pablo tenía una propia misa el 30 de junio), quien como base fundamental de la Iglesia de Cristo, pasó a ser el Día del Papa, es decir, del “Sumo Pontífice Romano”.La celebración sampedrana en Lima tenía un centro: el balneario de Chorrillos, tradicionalmente conocido como “Villa de Pescadores de Chorrillos”. En los años 50, también se recordaba la figura del héroe de la independencia peruana, el humilde pescador José Olaya Balandra, quien se inmoló por la patria dos años después de proclamarse la independencia, en 1823.
San Pedro en tiempos de OdríaPara el 29 de junio de 1955, Chorrillos era un distrito aún golpeado por los estragos del terremoto del 24 de mayo de 1940, y en sus calles quedaban aún las vías depredadas durante la infausta guerra con Chile (1879-1883). El balneario estaba en una eterna reconstrucción, la cual, en su avance, había arrasado varias calles tradicionales. Pese al bullicio de autos y tranvías por las avenidas, lo que se respiraba en ese distrito era un ambiente señorial, en el que se imponía la Escuela Militar con sus murallas altas, torreones y centinelas. Una crónica de El Comercio de esa jornada señalaba que el pueblo chorrillano era “pintoresco” y que “muchos vecinos son pescadores de oficio, como San Pedro”.La tradición de esos años indicaba que la figura de San Pedro debía ser transportada por la bahía, muy temprano, en un bote de vela y que debía traer consigo peces vivos. El desembarco solía ser tan emocionante como su embarque en el viejo muelle. Y luego venía la procesión al mediodía, con la efigie sagrada de San Pedro cargada sobre los hombros de los pescadores vecinos, entre la rada del puerto y algunas calles adornadas para la ocasión.
En tanto, en el Callao, ocurría algo curioso: un concurso de pesca en que casi una veintena de bolicheras intentaban pescar más que cualquiera. En 1955, el Ministerio de Agricultura dio como ganador en ese concurso a un pescador chalaco que trajo en sus redes nada menos que 709 kilos de pejerreyes. El final fue con fiesta, aunque nunca igual como en Chorrillos.San Pedro traía abundancia pesquera a toda Lima y alegría a los vecinos chorrillanos. Olaya y San Pedro iban de la mano desde hacía décadas; fervor patriótico y fe religiosa eran las piezas que fortalecían la voluntad de la gente. Por eso, uno de los momentos más intensos era escuchar la “oración patriótica” que se imponía en la misa de San Pedro.
San Pedro chorrillano con PradoEl cambio del gobierno del dictador Manuel A. Odría (1948-1956) al del demócrata Manuel Prado (1956-1962) dio nuevas esperanzas de mejoras para el balneario y su fiesta sampedrana. Por eso, en 1957 ya había más participación ciudadana, en medio de un entusiasmo cívico-militar: miembros de las Fuerzas Armadas, autoridades políticas, efectivos bomberiles, escolares, el pueblo de todas las edades se aglomeraba entorno al malecón chorrillano para rendir tributo a José Olaya, principalmente, pero todos se quedaban para presenciar el paseo marítimo de San Pedro, como todos los años cada 29 de junio.En 1958, la Misa Tedeum del cardenal Juan Landázuri Ricketts en la Catedral de Lima fue en homenaje a la figura del papa Pio XII, quien fallecería en octubre de ese año y sería reemplazado por el papa Juan XXIII. La solemnidad se imponía al lado del presidente Manuel Prado. Pero la nota curiosa de esa jornada no estuvo en la Plaza de Armas limeña, sino, otra vez, en la “ciudad heroica”, cuando la imagen de San Pedro de Chorrillos cayó al agua al iniciarse la procesión, ante la sorpresa general. Una caída que ocurriría algunas veces más en los años siguientes. A finales de esa década siguieron con más misas, procesiones y mucha solemnidad en los actos populares. El patrón de Chorrillos relucía en cada ceremonia, al lado de su escolta José Olaya. Otra vez creyentes, militares y civiles se arremolinaban en una tradición de todos los 29 de junio.
En los años 60, era usual observar cómo una lancha transportaba la imagen de San Pedro a una nave mayor, el BAP Elías Aguirre, que la regresaba a tierra firme y desde allí la llevaban cargada unas cuadras hacia adentro, hacia la Iglesia Matriz. En 1964, el presidente Fernando Belaunde Terry presidía la comitiva oficial del gobierno en la ceremonia religioso por el Día del Papa; y, en 1965, en medio de las celebraciones por el Día de San Pedro, y en un boom de la pesca, los pesqueros artesanales chorrillanos no solo rezaron por su santo patrón, sino también por la defensa de viveros de peces en el litoral del balneario. El proyecto ya había localizado varios lugares en Chorrillos donde podrían implementarse criaderos para miles de corvinas, chitas y hasta lenguados.Los años 80 junto al patrón chorrillano Finalmente, en la década de 1980, luego de un decenio como el de 1970, que privilegió los actos castrenses, el segundo gobierno de Belaunde Terry pensó en el desarrollo de la zona pesquera de Chorrillos. En tanto, la misa de San Pedro en la Catedral de Lima permitió al cardenal Juan Landázuri recordar a los peruanos que solo la unión y el esfuerzo de todos, así como la búsqueda de la paz nos harían salir de la ola de violencia política y crisis económica en la que vivíamos los peruanos.El año de 1982 fue especialmente delicado para el país y quizás el mensaje de San Pedro llegó con más sentido humano y comprensión del dolor que nos desgarraba. Esperanza era la palabra clave, y en ese enfoque tuvo un significado especial la apertura del Mercado Pesquero Artesanal de Chorrillos, en tiempos del popular alcalde Pablo Gutiérrez (el de la gorrita).
El nuevo mercado nació con el apoyo del Ministerio de Pesquería, que lo equipó con la tecnología de la época. Colaboraron con la obra las autoridades ediles y el sindicato de pescadores de la zona, que representaba a más de 10 mil trabajadores. Belaunde aseguró que un mercado como el inaugurado ese día en Chorrillos mejoraría “la oferta de productos del mar para el consumo popular”. El mercado pesquero fue ubicado en un punto de la Costa Verde de fácil acceso para los limeños y tuvo un costo de 100 millones de soles de la época. Los fieles de San Pedro contarían en el terminal con cuatro áreas donde habría venta al por menor y al por mayor, así como lavado y eviscerado de las especies marinas. Ese 29 de junio de 1982, el presidente Belaunde no solo inauguró el mercado pesquero, también participó junto a su esposa Violeta Correa de un almuerzo en la casa del ex alcalde chorrillano Jorge Reyna. Allí, el primer mandatario confesó que había frecuentado muy a menudo Chorrillos antes de volver a ocupar la presidencia, y que, además, “tenía amigos cerca del muelle, los pescadores”.El mar de Chorrillos como fuente nutricia, material y espiritual, el Día de San Pedro y San Pablo, el Día del Papa y el homenaje a José Olaya han marcado, en cada 29 de junio, un día de paz, prosperidad y bendiciones no solo para esos vecinos orgullosos de su histórico distrito, sino para todos los ciudadanos limeños.