Este 21 de marzo es el Día del Consumo Responsable y en las previas a esta fecha, no hay mejor idea que poner en práctica algunas costumbres que nos ayudarán a tener un mundo más cuidado pero sobre todo, preservado para futuras generaciones.
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Con simples prácticas, podemos lograr grandes cambios. Por ello, Juntos por el Medio Ambiente, una iniciativa ecológica, comparte contigo estas sencillas recomendaciones que harán mucho por nuestro planeta y que los puedes realizar en casa.
Focos ahorradoresEstá demostrado que estos focos no solo consumen menos energía, sino que también son grandes aliados para nuestra economía.
A diferencia de las bombillas, los focos ahorradores consumen un 80% menos de electricidad debido a que no generan calor. Incluso su tiempo de vida es más extenso que los focos convencionales, pues estos solo alumbran alrededor de 1,000 horas mientras que los ahorradores lo hacen entre 7,500 a 8,000 horas.
Los focos ahorradores funcionan a través de un gas que ioniza su interior y genera un destello, que al momento de impactar con la pintura blanca especial que tienen dentro, generan la luz.
Si se rompen, hay que tener mucho cuidado de no tocarlos porque también están compuestos con vapor de mercurio, un químico altamente peligroso al contacto humano.
Por ese motivo, es recomendable recoger los restos con la ayuda de un trapo húmedo, utilizar una mascarilla para no aspirar el gas tóxico y dejar que se ventile la habitación.
No a los aerosolesEl mercado ofrece una enorme cantidad de productos en aerosol (insecticidas, cosméticos, ambientadores, etc.) que dándoles un uso excesivo, generan que sus componentes químicos (cluroflorucarburos) dañen la capa de ozono.
Pero a nuestra salud también podrían provocar algunos daños, debido a la aspiración de sus agentes tóxicos. Por ello, se recomienda buscar productos alternos para no utilizarlos en nuestra vida diaria.
Si vamos a ambientar nuestra sala, se sugiere poner aceites aromáticos o fragancias naturales como las naranjas, canela, etc. y así evitar su uso. En el caso de los insecticidas, hay otros elementos que cumplen esa función como las luces que atraen los insectos y acaban con ellos a través de la electricidad, por ejemplo.
Separa los residuos por su tipoPuede ser algo tedioso pero muy beneficioso para todos. Separando plástico, metal, vidrio, papel y cartón no solo contribuimos con el medio ambiente también en nuestro orden, pues de esta manera podemos escoger lo que en verdad necesitamos y darles un segundo uso.
Para clasificar los deshechos, podemos colocar envases o bolsas de distintos colores. Una vez separados, los entregamos a plantas recicladoras para que los procesen y les den vida a otros productos.
Esta práctica la podemos hacer con ayuda de los niños y de esta manera, estaremos sembrando en ellos la cultura del reciclaje.
Desconectemos cuando no usemosEl microondas, el televisor, la computadora o el cargador del celular son algunos artefactos electrónicos que continúan consumiendo electricidad mientras estén enchufados y no se estén usando.
Aunque no lo creas, cuando un dispositivo eléctrico está apagado y enchufado utiliza un 33% de corriente, esto se refleja a fin de mes cuando llega el recibo por el servicio de luz.
En el caso del cargador del celular, no solo genera un uso inservible de luz sino que podría malograr nuestro equipo si lo dejamos cargar más de lo necesario.
Desperdicios altamente contaminantesAsí como podemos clasificar desechos reutilizables como papel, plástico, etc., también debemos hacerlo con aquellos que son altamente contaminantes como las pilas, celulares, medicinas, entre otros.
Si vamos a desechar pilas, lo recomendable es colocarlas en una botella de plástico y cuando esté llena, llevarla a contenedores especiales para que personas especializadas sepan cómo deshacerse de ellas. Una sola pila puede contaminar miles de litros de agua, motivo por el cual se sugiere no echarla en el tacho común de la basura.
En el caso de las medicinas, no solo pueden contaminar el agua sino que alguna persona las puede encontrar y consumirlas. Esto le generaría un problema a su salud.
Muchas veces tenemos la costumbre de tirar el aceite quemado al desagüe a través del inodoro o lavadero, pero lo ideal sería juntarlo en una botella y llevarlo a una planta de tratamiento para que se deshagan de él a través de una manera correcta.
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