Un documental sobre la orca asesina Tilikum de Orlando, y la respuesta del Parque temático SeaWorld a la a la desequilibrada película, han vuelto a situar en el centro de la polémica el estrés que sufren los animales en cautiverio.
El documental Blackfish, estrenado en julio en el Festival de Sundance, se centra en la actuación de la orca el 24 de febrero del 2010, cuando atacó y acabó con la vida de su entrenadora Dawn Brancheau, su tercera víctima mortal.
El objetivo de la película ha sido crear conciencia sobre la vida de trauma, estrés y frustración en la que viven estos animales marinos en cautiverio, explicó entonces la directora Gabriela Cowperthwaite durante la presentación del documental.
ORCAS EN CAUTIVERIO Según la organización para la Conservación de Ballenas y Delfines (WDC, en inglés), un total de 138 orcas han sido capturadas desde 1961 con fines dirigidos al cautiverio, de las cuáles sólo sobreviven en la actualidad 45.
Cuando viven en libertad, las orcas macho pueden llegar a vivir hasta 29 años, incluso 50 en el caso de las hembras, mientras que en cautiverio su expectativa de vida se sitúa por debajo de los 20 años.
Algunas orcas han llegado a vivir hasta 90 años en libertad, de acuerdo con la WDC.
El documental de Coperthwaite, que se exhibe esta temporada en Estados Unidos y cines de todo el mundo, denuncia el estrés sufrido por estos animales en cautiverio y alerta también sobre el peligro de mantenerlos en el mismo tanque con sus entrenadores humanos.
La tragedia de Brancheau, de 40 años, fue presenciada por decenas de turistas, incluidos menores de edad, y sirvió de inspiración a Cowperthwaite para la realización del documental.
Fue una noticia que me impresionó mucho. Nunca había escuchado nada semejante, y me pregunté por qué una entrenadora con 16 años de experiencia, la más experimentada de SeaWorld, muere atacada por animal que con el que lleva una relación, que presumiblemente se conocen uno al otro, dijo Cowperthwaite.
REACCIÓN DE SEAWORLD Sin embargo, el Parque SeaWorld de Orlando considera que el documental no ofrece una versión equilibrada sobre el animal y su entorno.
Es una película incorrecta que desinforma y que, lamentablemente, explota una tragedia que aún es una gran fuente de dolor para los familiares, amigos y colegas de Dawn Brancheau, dijeron representantes de SeaWorld en una declaración electrónica.
A juicio del Parque, los autores del documental pintan una imagen distorsionada de una de las instituciones zoológicas más respetadas, que lleva a cabo una labor altruista rescatando, rehabilitando y devolviendo a su entorno natural a cientos de animales marinos salvajes cada año.
Además de la muerte de Brancheau en 2010, Tilikum estuvo involucrada en la muerte de otra entrenadora en el parque canadiense de Sealand en 1991, y en 1999 un hombre apareció muerto sobre la espalda del cetáceo tras invadir su tanque durante la noche.