Siempre a bordo de su cuatrimoto Can-Am, Rómulo Airaldi ha llegado al final de su segundo Rally Dakar representando a nuestro país y en el retorno de la carrera a Perú que sin duda ha sido de las más difíciles de los últimos años. Clara muestra de ello es que solo 6 pilotos del Team Perú (19 en total) llegaron al final.
Es por ello que Rómulo se destacó en esta edición, superando la adversidad del calor, el frío, el barro, la lluvia, todos los condimentos que tiene un Dakar y que en este año se han mostrado con más fuerza. Culminando en el puesto 22 de la general en cuatrimotos, el piloto nacional siente que el Dakar 2018 ha tenido un gran nivel de dificultad.
“Cada Dakar es diferente y este ha sido muy fuerte, mucho más de lo esperado en comparación con el 2016, sobre todo en las zonas de Bolivia y Argentina. Sinceramente la parte peruana no la sentí porque es un terreno que conozco muy bien y me fue perfecto. Bolivia y Argentina si nos sorprendió a todos”, detalló.
Y es que para Rómulo, el frío, lluvia, vegetación y barro de Bolivia, sumado a los terrenos trabados de Argentina hicieron que el Dakar 2018 sea todo un reto para los que querían llegar hasta el final. Sin embargo, el piloto destaca la confiabilidad que la ha dado las cuatrimotos de Can-Am en las dos ediciones que ha podido competir.
“La doble tracción de las cuatrimotos me ha ayudado mucho en los terrenos muy difíciles y me ha dado el respaldo que necesitaba para llegar hasta el final. Tengo pensado en seguir compitiendo en quads por un tiempo más para luego pasar a los autos. Es algo que tengo que planear muy bien, pero sí me lo he trazado como objetivo”, comentó Rómulo.
El Dakar ha tenido muchos casos exitosos de pilotos cuando se cambian de categoría. Un ejemplo cercano es el del piloto argentino Sebastián Halpern, quien se destacó en cuatrimotos en 2011 (2do puesto) y este año en autos se ubicó en el puesto 9 y fue el mejor piloto latinoamericano. Airaldi buscará a futuro ser uno de esos casos representando al Perú.