DANIEL PEREDO
1- Febrero de 1998. 'Puchungo' Yáñez fichó como refuerzo de Alianza. El técnico Jorge Luis Pinto no recibió buenas referencias del profesionalismo del mediocampista, y desde la pretemporada lo llamaba a casa o visitaba a altas horas para saber si descansaba. Previo al duelo con Melgar en Arequipa, Pinto pidió a 'Puchungo' que se cuidara porque sería titular. “Lo voy a estar llamando esta noche”, advirtió. Yáñez no supo qué decir porque ese día se casaba un primo y había gran fiesta en un restaurant del circuito de playas.
2- Con esa viveza de los chalacos, se le ocurrió una idea: vinculó en su teléfono móvil todos sus números de casa, o sea que si se comunicaban al fijo de su domicilio, podía contestar en el celular. A las 11 p.m., cuando saludaba a los novios, llamó Pinto. 'Puchungo' corrió, se encerró en su carro y contestó con todo en silencio: “Qué tal, profe, aquí descansando, hay que ir a la altura”. El colombiano valoró que el volante hiciera caso a sus recomendaciones, saludó y cortó. Yáñez volvió a la fiesta y comenzó a bailar con una hermosa mujer que acaparaba todas las miradas.
3- A la 1 de la mañana, en pleno baile y cerca de conquistar a la dama, su celular volvió a timbrar. Pinto otra vez. 'Puchungo' dejó en la pista a la bella señorita y se encerró de nuevo en su auto a contestar: “Disculpe, solo quería recordarle que entrenamos a las 8, que descanse”, dijo. Cuando el buen Alfonso regresó a la fiesta, su acompañante bailaba con otro caballero. Lo miró, hizo un desplante y aclaró: “si huyes corriendo a contestar de esa manera es porque debe ser tu esposa”. Derrotado, Yáñez se fue a casa a descansar realmente. En Arequipa, Alianza ganó 1-0 con gol de 'Puchungo'. Pinto lo felicitó en el vestuario: “Ya ve, cuando no sale y se acuesta temprano”.