En una primera jornada de Champions League con varios protagonistas -Ansu Fati es el debutante más joven en la historia del Barcelona, Mbwana Samatta (Genk) es el primer futbolista de Tanzania en marcar en el torneo, Edson Álvarez (Ajax) ya es el único mexicano en convertir en su primer partido-, la figura excluyente llegó desde la fría Noruega: Erling Braut Haland. El atacante de 19 años y 58 días impuso un nuevo récord al ser el jugador más precoz en convertir un ‘hat trick’ en su estreno.
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Sus tres goles en 44 minutos sirvieron para que el Salzburg austríaco aplaste 6-2 al Genk belga. Y también para inscribir su nombre por delante incluso de grandes estrellas como el holandés Marco van Basten (28 años), el colombiano Faustino Asprilla (27) o el inglés Wayne Rooney (19), quienes también lograron tres tantos en su debut en el torneo. El otro hito del noruego es que fue el único de ellos en hacerlo en un solo tiempo, algo que, por ejemplo, el ucraniano Andrei Shevchenko consiguió con 21 años y 37 días, y Lionel Messi con 22 años y 286 días.
Pero Haland no es un desconocido. Pese a su corta edad, saltó a la fama hace poco, durante el Mundial Sub 20 que se disputó en Polonia entre mayo y junio pasado. En esa Copa del Mundo también impuso un registro extraordinario que quizá tendrá muchísimos años de vigencia: anotó nueve conquistas en la goleada 12-0 de Noruega ante Honduras. El festival de goles llegó con definiciones para todos los gustos, de zurda y también de derecha. Frente al arco para empujarla, con disparos cruzados después de incursiones en el área o con definiciones sutiles. El atacante mostró todo su manual de goleador.
Lo curioso es que pese a su metro 94 no convirtió de cabeza, como tampoco lo hizo el martes en la portería del Genk. Y es que Haland no es goleador solo por su talla, sino más bien por su calidad para resolver las jugadas con mucha efectividad. Aunque es zurdo, domina ambos perfiles. Sí está claro que su hábitat natural es el área. Ahí se siente cómodo, lo que no quiere decir que le falte habilidad. También sabe gambetear en espacio reducido, aunque ese no es su fuerte.
Otra curiosidad es que Erling Braut es hijo de Alf-Inge Haland, un exdefensor que jugó 34 veces para la selección noruega y que hizo carrera durante una década en la Premier League. Defendió al Nottingham Forest, al Leeds United y al Manchester City. Ese buen recorrido lo llevó también a disputar el Mundial Estados Unidos 94. Pero Erling no heredó el placer de defender, todo lo contrario, a él le gusta marcar goles. Y mejoró la genética del padre (1,78 m.) para convertirse en un émulo del mítico atacante escandinavo: Tore André Flo.
ASÍ FUE EL TRIPLETE DE HALAND
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En Noruega ven a Haland como el nuevo Flo, y no solo por la misma estatura, sino también por su estilo de juego muy parecido. El delantero que jugó el Mundial Francia 98 y paseó su fútbol por Inglaterra, Escocia e Italia convirtió 23 tantos para su selección. Hoy es el turno de Erling, quien ya debutó con el combinado absoluto en los dos últimos partidos de la clasificación para la Eurocopa este mes ante Malta (titular y 66 minutos en el 2-0) y frente a Suecia (ingresó 14’ desde el banco en el 1-1). El gol todavía no llega. Pero ya llegará. Seguro.
El nacido en Leeds tiene un gran futuro por delante y buen presente. Hace un mes el Salzburg compró su pase al Molde FK noruego; hoy ya convirtió 17 tantos y tiene cinco asistencias en apenas 9 partidos jugados. Los 12 millones de euros que pagó el club austríaco parecen precio de ganga para un goleador sin techo.