Piensa que Carlos Zambrano es tu hijo, tu hermano, tu amigo, o que eres tú mismo. Piensa que te equivocaste una vez más víctima del impulso, de ver que te dan un manotazo en la cara y que el árbitro localista no saca ni una amarilla al rival. Piensa que te ganaron las revoluciones por querer dejar la vida por tu selección como lo hiciste de manera impecable en esta Copa América ante Brasil, Colombia, Venezuela y Bolivia, partidos en los que no viste ni una tarjeta amarilla.
Tú, que ahora insultas sin piedad a Carlos Zambrano en Twitter, en tu furiosa columna de Facebook, dime que no hiciste lo mismo tantas veces en una pichanga o en un partido amateur. Claro, es que “él es un profesional y no puede reaccionar así”. ¿Y acaso el profesional tiene otro cerebro, otro corazón o una sangre menos caliente?
¿Carlos Zambrano se equivocó? Sí. ¿La jodió? Sí. Pero así como te olvidaste que por esta selección no dábamos un mango antes de jugar esta Copa América y que ahora hinchas el pecho como el mejor, no te olvides que él también aportó un desempeño brillante que permitió llegar hasta semifinales.
Tanta saña e ira contra Carlos Zambrano, un futbolista de 25 años que se equivocó en la cancha y en la previa cuando salió a rumbear de madrugada antes de la Copa América, no le favorecen en nada a los intereses de la selección. Su comportamiento tampoco.
Piensa si Carlos Zambrano fuera tu hijo, tu hermano o tu amigo, si lo 'matarías' de la misma manera. Piensa si no es mejor hacerle entender que necesita darse una chance con un especialista para vencer ese lado negativo que perjudica el lado bueno del mejor zaguero central que tiene la selección nacional.
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Carlos Zambrano (@5zambranocz) escribió nuevo mensaje en Facebook: “Me equivoqué” ⏩ http://t.co/bTw5hKnMOe pic.twitter.com/aQ3IUmaBXF— DT El Comercio (@DTElComercio) junio 30, 2015