Bélgica se mostró como una apuesta firme, una realidad capaz de aspirar al éxito en cualquier gran evento y, plagada de talento y desparpajo, sonrojó a Francia en París, a la que goleó con contundencia y autoridad.
El conjunto que entrena Marc Wilmots, revelación en el pasado Mundial, plagado de nombres llamativos en los principales clubes del Viejo Continente, es una maquinaria perfecta. Invadida de talento y convencida de su fuerza.
Francia, que pretende apuntalar su equipo en vistas a su Eurocopa. No contó Didier Deschamps con Karim Benzema, lesionado, ni con Patrice Evra ni Paul Pogba, que se incorporarán en las próximas horas tras disputar con el Juventus la Liga de Campeones. Pero Wilmots también estuvo privado de hombres como Vincent Kompany, Thomas Meunier, Kevin De Bruyne o Kevin Mirallas, bajas por diversas dolencias.
El primer partido amistoso entre ambas selecciones desde el 2013 dejó entrever el aspecto de ambas selecciones. Francia careció de capacidad de reacción y serenidad para sobreponerse a la eficacia belga reflejada en Marouanne Fellaini.
El centrocampista del Manchester United condicionó el partido. Dos goles suyos antes del descanso marcaron el choque. El primero a los 17 minutos, cuando aprovechó un balón suelto dentro del área para batir a Hugo Lloris. En el 43 superó al meta del Tottenham con un remate de cabeza a un balón medido desde la derecha.
Bélgica, que lidera invicto el Grupo B de la fase de clasificación para la Eurocopa, y que jugará el vienes en Cardiff ante Gales por la primera plaza, puso contra las cuerdas a los blues.
Deschamps buscó soluciones entre sus suplentes. Recurrió al máximo artillero de la Ligue 1, Alexandre Lacazette, que sustituyó al futbolista del Atlético Madrid Antoine Griezmann, desaparecido, y al extremo del Marsella Dimitri Payet, por Yohan Cabaye, con los que arrancó en la segunda parte.
Los planes del preparador francés se arruinaron a los cinco minutos de la reanudación, cuando un disparo desde el borde del área de Radja Nainggolan sorprendió a Lloris.
Francia tomó algo de aire tres minutos después, cuando una falta de Nicolas Lombaerts sobre Oliver Giroud fue señalado como penalti, que transformó Mathieu Valbuena. Pero acto seguido, una entrada de Lauernt Koscielny a Alex Witsel fue transformada por Eden Hazard desde los once metros.
Los cambios alteraron el ritmo frenético del partido. Francia tiró de orgullo para maquillar su inferioridad. Y encontró el acierto en el tramo final, cuando ya había saltado al césped el delantero del Rennes Paul-Georges Ntep, de 22 años, para debutar con el equipo nacional francés.
Debilitada por los cambios Bélgica se fue del partido y Francia lo aprovechó. Una volea con la pierna derecha dentro del área de Nabil Fekir supuso el segundo tanto galo, que en el tiempo añadido sumó uno más gracias a Dimitri Payet.
Fuente: EFE
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