Hace veinte años vendía perfumes y a su paso todo olía muy bien. Ahora no. Por el contrario, todo lo que hace Sandro Rossel huele pésimo.
Hubo un tiempo en que el ex presidente del Barcelona podía caminar por los pasillos del Camp Nou sin que nadie lo señale con el dedo. Fue la época en que Hugo Sotil y Johan Cruyff la rompían en el Barza de inicios de los 70. De hecho, fue el propio Rossel quien en 2010 tuvo un contacto telefónico con el jugador peruano y recordó que fue él quien le regaló su primera camiseta de niño.
“Mi padre me lo presentó un día y entonces Sotil sacó una camiseta y me la regaló. Fue la primera que me regalaron”, recordó emocionado Rosell, en la redacción de Mundo Deportivo.
Rossel era alcanzapelotas en el cuadro catalán.
La gran sorpresa de esa tarde de julio del 2010 preparada para el entonces presidente del Barza era que Hugo Sotil, su ídolo, lo esperaba al otro lado del teléfono. Eran las 4 a.m. en Lima.
Esta es parte de la conversación:
-Sandro Rosell: ¿Sí?
-Hugo Sotil: Buenos días, ¿el señor Rosell?, le habla Hugo Sotil.
-S.R.: Sí. ¿De verdad?
-H.S: Sí señor. Es un honor poder conversar con usted y a la vez felicitarle por su nueva presidencia.
-S.R: Tratame de tú, por favor. Me hace mucha ilusión hablar contigo porque hoy explicaba en la radio que fuiste el primer jugador que me regaló su camiseta cuando mi padre era gerente.
-H.S: Me acuerdo. Su padre, Jaume Rosell, fue gerente mientras estuvo de presidente Montal.
-S.R: Sí señor, y yo les contaba que uno de mis ídolos eras tú.
-H.S: Muchas gracias.
-S.R: Al contrario, el gusto es mío y ha representado una ilusión grandísima. ¡A ver si un día vienes por aquí!
-H.S: Bueno, estoy a sus órdenes, presidente. Yo encantadísimo de poder estar nuevamente en Barcelona y poder reunirme con usted y con todos mis amigos.
Luego cortaron. Nada haría presagiar que ocurriría este escándalo con Neymar.