Zlatan Ibrahimovic inauguró una estatua suya erigida por la Federación de fútbol de Suecia como homenaje a la carrera del atacante. El acto se realizó en la ciudad natal del futbolista: Malmoe, al sur del país.
La estatua -en bronce, de casi 3 metros y unos 500 kilos- muestra al jugador en pantalón corto, alzando los brazos en uno de sus típicos gestos de celebración de un gol, y ha sido colocada en la plaza situada entre los dos estadios de fútbol de Malmoe.
En la base aparecen inscritos los títulos logrados por Ibrahimovic en los clubes que defendió. Además, de las tantas distinciones como máximo goleador y la condición de jugador que más goles ha marcado con la selección sueca.
“Este es un símbolo para los que no se sienten bienvenidos, no encajan o sienten que no son como los otros. Si yo puedo, cualquiera puede. No soy más especial que nadie, aunque sea el mejor en lo que hago”, afirmó el futbolista de Los Ángeles Galaxy de la MLS.
Ibrahimovic añadió que era un “gran día” para él y que después de dos décadas como profesional, sentía que el círculo se cerraba en Malmoe con la estatua, aunque aseguró que seguirá jugando mientras el físico se lo permita.