Para Mario no es fácil ser Balotelli. Por eso cuando jugaba en Inglaterra celebraba sus goles levantándose la camiseta y mostrando otra con la frase: “¿Por qué siempre yo?”. Y es que el ariete italiano tiene un carácter tan incomprensible que, a veces, él mismo se ha sentido víctima de sus travesuras.
En sus cortos años en la escena del fútbol europeo, Balotelli suma más escándalos que títulos, tanto que comenzar a enumerarlos sería contar una historia sin final feliz.
Sin embargo, Mario ha tenido una recurrente falta en su vida fuera del gramado de juego. Su problema con los autos no son la indecisión de cuál elegir a la hora de comprar uno, porque él es capaz de comprarse un Maserati del año y responder “soy millonario” cuando un policía le pregunta la razón del porqué lleva 30 mil euros en el asiento del copiloto.
Este episodio de su historia se resume en cifras. Cuando jugaba por el Manchester City, la grúa de la ciudad se llevó su auto hasta 27 veces en un mismo año por estar mal estacionado. Esto lo ha llevado a coleccionar múltiples infracciones de tránsito que sumaron más de 11 mil euros.
Apenas dos semanas después de aterrizar en Manchester destrozó su Audi R8 en un accidente e inició la cadena de sucesos en los que estuvo a punto de perder la vida.
A su llegada al AC Milan se paseó con su Ferrari 458 Spider en una pista de karts, hecho que hizo que el club lo multara ante el riesgo de sufrir una lesión. Años atrás fue detenido después de estrellar su auto con las paredes de la cárcel femenina de Brescia, dice él que solo con el afán de ver cómo era por dentro.
Algo está claro, Balotelli irá a Brasil a divertirse. Confirmado.