CANCHA LLENA / DIARIO LA NACIÓN / GDA
Düsseldorf. No se trata de una revancha, porque la final de un Mundial no tiene comparación ni similitudes. No es un desquite, porque en el encuentro que jugarán pasado mañana la Argentina y Alemania no hay un título en juego, y porque la ausencia de Lionel Messi, el mejor futbolista del universo, que sería incapaz de mirar desde afuera un cotejo de tamaña magnitud si el premio es el único cetro deportivo que le falta calzarse, le quitará brillo al partido. Un durísimo golpe para la selección, una baja que el técnico Gerardo Martino tendrá que maquillar, aun sin tiempo de trabajo, para que el comienzo de su ciclo no se convierta en un estigma para el futuro.
El Tata empezará a conducir sin el as de espada y la Argentina comenzará a caminar un sendero en donde el equilibrio en la relación Messi-selección-Barcelona será un punto a debatir ante cada compromiso que se asuma de ahora en adelante.
La noticia de que Messi no será parte del grupo alimenta una polémica que se instaló anteayer en Buenos Aires, donde se especuló con que Leo renunciaría a la selección, algo que fue descartado desde el entorno del jugador. Pero como un fantasma que acecha, el comunicado que emitió Barcelona, después del triunfo 1-0 sobre Villarreal, en el estadio Madrigal, indicando que el rosarino “tiene una sobrecarga en el aductor derecho y será baja por precaución”, aumentó las suspicacias acerca de las futuras presencias con la camiseta de la selección. El N° 10 del conjunto catalán jugó todo el partido y hasta participó con la asistencia del gol de Sandro; fue capitán y líder del equipo blaugrana y en ningún momento evidenció síntomas de una molestia física. El parte médico, además, consigna que hoy se le realizarán estudios para constatar la gravedad de la lesión.
En esta ciudad, los integrantes de la delegación argentina estaban al tanto de la novedad, aunque ni Luis Segura, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, ni quienes forman parte del cuerpo técnico -ayer, desde la escala en Fráncfort, Martino se dirigió a Roma, donde hoy conducirá a uno de los equipos en el Partido de la Paz- confirmaron que Leo no viajaría. Sin embargo, allegados al jugador admitieron que Messi no estará ante Alemania y que tampoco tomará parte del encuentro que propulsó el papa Francisco en Italia, y del que participarán Maxi Rodríguez, Javier Mascherano, Ezequiel Lavezzi y Hugo Campagnaro, entre los argentinos que más tarde se trasladarán, en vuelo privado, a Düsseldorf.
Los rumores de renuncia habían llegado a oídos de Martino, que antes de partir de Ezeiza, en una conferencia de prensa, especificó que hace 10 días dialogó con Messi y que Leo seguirá siendo el capitán del seleccionado. En la charla con los medios, sin embargo, el Tata mencionó que “en distintos momentos de su vida, puso la vara en un nivel tan alto que a veces no va a alcanzar; lo noté muy enfocado en el inicio de la Liga [de España], porque hay momentos en los que el club es prioridad y otros donde lo más relevante es la selección”. El entrenador en ningún instante habrá imaginado que su descripción acerca de la actualidad de Messi podía estallarle justo antes de su debut como seleccionador.
Rumores, versiones, presencias y ausencias. Un nuevo universo se presentará de ahora en más en la relación entre Messi, la Argentina y Barcelona. Después de anteponer a la selección por sobre el resto de los compromisos -hasta se especulaba con que Leo jugó el semestre pasado cuidándose para la Copa del Mundo, su gran obsesión-, el paradigma será entender y conocer cuándo y dónde la selección dispondrá de su máxima estrella. No se trata de una cuestión menor, ya que la AFA verá reducido su cachet cada vez que Leo no diga presente; no será un tema sin relevancia para Martino, que precisará de tiempo y de entendimiento para diseñar la estructura con Messi en la cancha y con Messi desde afuera.