El brasileño Wendell Lira, distinguido con el Premio Puskas al mejor gol del año, dio un impulso a su carrera gracias a su inclusión en la lista de finalistas a este galardón concedido por la FIFA.
Cuando ex futbolista japonés Hidetoshi Nakata dio su nombre como ganador del Premio Puskas, Wendell Lira agachó la cabeza, como no creyendo lo que estaba escuchando. Su gol era mejor que el de Messi y Florenzzi. Besó a su esposa y subió al estrado a recoger su premio en emotiva escena.
Wendell Lira tuvo más de una preocupación para estar presente en la gala. Ludymila Miranda, pareja del delantero, tuvo que sacar su pasaporte para acompañar al delantero. La mujer nunca había estado en un avión hasta el último sábado que llegó a Zurich.
El brasileño ni siquiera tenía un traje para la ceremonia de premiación. Una tienda en Goiania (Brasil) le obsequió el vestuario para la gala. Gracias a todos los que lo ayudaron, Wendell Lira pudo cumplir otro de sus sueños: conoció a Cristiano Ronaldo y Marcelo.
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Este es el golazo ganador del Premio Puskas 2015.
El jugador de 26 años pasó dificultades el año pasado, transitó por clubes de tercera y cuarta división, en los que cobraba salarios inferiores a 4.000 reales (unos 1.000 dólares), según él mismo ha admitido, y se quedó desempleado en julio pasado hasta que su nombre apareció en la lista de finalistas del Puskas.
“Es difícil vivir del fútbol”, llegó a afirmar en una entrevista concedida al diario Folha de Sao Paulo el pasado noviembre, antes de que le fichara el Vila Nova.
Wendell Lira se formó en las filas del Goiás, llegó a ganar un premio al jugador revelación en un torneo juvenil en 2006, pero una seguidilla de lesiones le llevó a pensar en acabar con su carrera deportiva de forma prematura.
Llegó a dejar el fútbol y se dedicó a ayudar a su madre en la cafetería donde trabaja, pero se dio una segunda oportunidad y se enroló en el Goianesia, el club de cuarta división con el que, el pasado marzo, marcó el gol antológico que le valió el Premio Puskas.
Justo después de anotar ese gol, marcado en un partido de la liga regional del estado de Goiás, el delantero fue contratado por el Tombense, de tercera división.
Su trayectoria en ese equipo fue corta. Le despidieron cuatro partidos después de haber sido contratado porque no le gustó al entrenador y se quedó desempleado hasta noviembre pasado, cuando se conoció su nominación al galardón de la FIFA.
La notoriedad que adquirió al ser incluido en la lista de finalistas del Premio Puskas le abrió las puertas del Vila Nova, equipo de segunda división de la ciudad de Goiania, con le que firmó un contrato de un año.
Cuando Wendell Lira voló bajo la lluvia para marcar el 1-0 del Goianesia en un partido de la liga regional brasileña había 342 espectadores observándolo. Ninguno imaginó que este desconocido delantero brasileño acabaría compitiendo con Lionel Messi por el premio Puskas al mejor gol del año.
“Cuando me dio la noticia, en el primer momento no me lo creí. Luego me llamó mi esposa llorando y me puse a llorar con ella, no me lo podía creer, fue muy emocionante”, cuenta Wendell Lira.
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