A inicios de enero del 2016 llegó una noticia que retumbó en España e hizo eco en toda Europa. El ex jugador francés Zinedine Zidane se ponía el buzo de entrenador del Real Madrid en reemplazo de un criticado Rafael Benítez.
La llegada de 'Zizou', que entrenaba al Castilla, era netamente un tema tomado desde la directiva. Querían apostar por alguien de la casa. Ese personaje no tenía una carta de presentación contundente para entrenar al mejor equipo del mundo. Como futbolista fue brillante, genial, esplendoroso. Pero como cabeza de equipo era un proyecto a largo plazo. Además, Florentino Pérez estaba convencido de que el cariño de los hinchas hacia Zidane dejarían de lado las críticas por el pésimo andar del Real Madrid con Benítez.
La apuesta salió redonda, pues en ese año alcanzó alzar la “Undécima” Champions League en la historia del Real Madrid. Un hito categórico para quien era considerado como un “técnico aprendiz”. A pesar de ese gran logro, existían ciertos reproches porque aseguraban que tenía el trabajo muy simple por contar con futbolistas de la talla de Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Karim Benzema, entre otros.La tarea de campeonar no es cosa fácil. Muchos creen que con tan solo tener armas poderosas y un arsenal de elementos, uno puede ganar en un suspiro una guerra. Cuando eso es una falacia. Para salir airoso de un combate tan largo, como son las temporadas de los clubes grandes europeos, tienes que planificar una estrategia milimétrica. Cuidar cada detalle y aconsejar a tu grupo constantemente para que el trabajo sea óptimo. Todos estos aspectos fueron cumplidos al pie de la letra por Zinedine Zidane.-El valioso poder de la inusual rotación-Real Madrid es un plantel vasto, que posee piezas valiosas en cada posición. Muchas de ellas son difíciles de reemplazar por un tema de afinidad o porque simplemente no existen recambios idóneos. Pero ese asunto no le quitó el sueño a Zidane. Él pudo dormir plácidamente porque sabía que sus dirigidos estaban a la altura de la circunstancias.En esa línea basada en la confianza, el francés utilizó a 24 de 26 jugadores de la 'Casa Blanca' durante las 38 jornadas de la Liga Santander. Según un informe elaborado por el diario “Marca”, 20 de ellos superaron los 1000 minutos. Verdaderamente un equipo en todo el sentido de la palabra. Hasta un canterano tuvo protagonismo: el joven atacante dominicano Mariano Díaz Mejía, quien anotó un gol en nueve partidos. El efecto Zidane comprometió a cada elemento de la plantilla.Aunque el verdadero valor del ex '5' del Real Madrid fue en brindarle un espacio a un perdido Isco Alarcón. La presencia de este vertiginoso volante ayudó bastante en la consecución del título liguero. Es cierto, su ingreso fue para cubrir el hueco dejado por la lesión de Gareth Bale, pero era cuestión de tiempo para que se diera cuenta la diferencia entre un jugador con talento y otro que estuvo a media caña por culpa de sus constantes lesiones.
-El descanso de un Cristiano gladiador-Qué complicado decirle a un asesino del área que descargue sus balas y las mande a guardar para más tarde. Decisión difícil para cualquiera, menos para Zinedine Zidane. La cabeza del cuerpo técnico del Real Madrid sabía que hacer jugar siempre a Cristiano Ronaldo era contraproducente, ya que en cualquier momento iba a sentir la estocada final a causa del cansancio.Por ello, decidió darle ciertos descansos al portugués (en total nueve en Liga Santander). En algunos compromisos lo sacó del campo de juego. Eso no le agradó al 'Comandante', quien protagonizó algunos episodios calientes por su carácter fuerte. Y quien pagó los platos rotos fue Zidane. La verdad no le importó mucho. Su motivo principal era que su estrella llegara al 100% en partidos claves, como los de la Champions. Y así fue.A partir de los cuartos de final de la Liga de Campeones, Cristiano Ronaldo sacó a relucir su potencial más exquisito. Concretó ocho goles en seis partidos. Todo un 'killer' de cara al gol.
-La confianza como primer mandamiento-Durante el transcurso de las fechas en el certamen doméstico existieron varios problemas que causaron más de un estrago para el ex internacional francés. El principal de todos fue el bajón futbolístico de Keylor Navas. El portero costarricense presentó serios problemas para afianzarse como titular. No formó parte del inicio de la temporada por una seria lesión en el talón de Aquiles. Una vez que se recuperó volvió a su hábitat, pero cometió fallos que desesperaron a los fanáticos del Real Madrid.Siempre el nombre de Keylor Navas era tema de conversación en las conferencias de prensa. Los reporteros querían escuchar de los labios de 'Zizou' alguna crítica para el 'tico'. Pero esta jamás existió. Por el contrario, siempre lo blindó como un padre que cuida a su hijo.
“Keylor es el portero número uno del Real Madrid y cuando quito a Keylor no estoy dudando de Keylor para nada. Cuando hago esto estoy dando la oportunidad a Kiko (Casilla) de jugar porque es un jugador que lo va a hacer muy bien cuando juega”, apuntaba en abril durante la previa del duelo ante Leganés.Este permanente abrigo hizo que Keylor meditara cada día su rendimiento y se exigiera al máximo en los entrenamientos hasta encontrar su mejor nivel. La seguridad regresó a él gracias al interminable apoyo de Zinedine Zidane.De ahí vinieron otros inconvenientes como la defensa, la cual siempre era un punto débil. Por más que ese plantel haya alcanzado los 40 partidos invictos, la línea de atrás presentaba serias deficiencias, las cuales se fueron solucionando, aunque no del todo, partido a partido cuando se efectuaban las variantes.También la presencia de James Rodríguez originó un serio dolor de cabeza en el cuerpo técnico. Las cualidades del cafetero son indiscutibles, pero en el esquema de Zinedine Zidane no había un espacio claro. A pesar de eso le brindó sus oportunidades y las aprovechó. Pero lastimosamente no encajó porque “sus compañeros son muy buenos”, tal como lo dijo Pep Guardiola.Real Madrid fue un justo campeón. Un líder descomunal que jamás vio por encima del hombro a sus rivales. Fueran estos grandes o pequeños. La edificación de esta nueva 'Casa Blanca' tiene como gestor al francés más madridista de todos. Ese que inculcó la unión, la fe y la confraternidad para remar hacia el éxito.