Ocurrió en junio del 2008 en el lobby del hotel Hyatt Regency Mc Cormick de Chicago. La selección peruana dirigida por Chemo del Solar estaba concentrada para jugar un amistodo frente a México, y Juan Reynoso, que había sido contratado como comentarista de la televisión mexicana, llegó a la recepción del Hyatt. Lo noté muy amable con algunos hinchas peruanos que pidieron fotografiarse junto al técnico campeón del Torneo Clausura 2007 con Bolognesi. Pensé que sería bueno conocer su opinión sobre el partido que habíamos llegado a cubrir para la web de El Comercio y junto al videoreportero Sergio Sicheri decidimos abordarlo al momento que se retiraba del hotel.
- Juan, cómo estás, me permites...- ¡No, no voy a hablar!- Pero...- ¡No, no entiendes, no voy a hablar!- ¡¿Qué te pasa, por qué te pones así?! ¡¿Por qué gritas?!- ¡¡Qué dices?!- ¿Por qué gritas? Si no vas a hablar no me tienes que hablar así.
Juan Reynoso se volvió a colocar los lentes oscuros, dio media vuelta y se retiró atravesando la puerta giratoria. Juro que nunca antes había conversado con él y tampoco le había hecho una entrevista. El videoreportero, quien quedó pasmado con la reacción del entrenador, me preguntó por qué se puso así, y hasta hoy no le encuentro razón. Solo sé que una persona educada no lo hace.
Porque un buen profesional, como lo fue de jugador y lo es como técnico, también debe ser un ejemplo como persona. Juan Reynoso siente que se va consolidando como técnico, ha dicho que busca “trascender” para dirigir nuevamente en el extranjero (N.R.: todo hace indicar que será en México) y reconoce que va tras su gran objetivo de poder conseguir “ese honor de ser director técnico de la selección” (N.R.: lo dijo este año en Gol Perú), debe saber que le restan muchísimo sus patanerías, sus faltas de respeto a la prensa y, ahora, a las máximas autoridades deportivas del país.
Dejar con la mano estirada a un ejecutivo de Movistar, patrocinador del Descentralizado 2016 que nada tiene que ver con lo que se dice o se publica sobre Reynoso, y pasar frente a Edwin Oviedo, presidente de la Federación Peruana de Fútbol, sin mirarlo e ignorando su presencia, no solo es vergonzoso, también obliga a pensar seriamente si está bien de la cabeza. Una persona así, que hace unos años increpó como matón a un periodista, que gritó “¡payaso!” a otro colega, que mostró los bolsillos en una final insinuando algo turbio, ¿merecerá llegar alguna vez a tomar las riendas de la selección nacional?
Directivo de Movistar con la mano estirada. Juan Reynoso se queda con ambas manos en los bolsillos. Lamentable. (Captura de imagen: Gol Perú).
No pienso darle un solo consejo a Juan Reynoso, no es mi finalidad y estoy seguro que tampoco le interesa, solo quisiera saber si toda su amargura tiene que ver con todo lo que se habló de él luego del nefasto partido en el que Chile goleó 4-0 a Perú en Santiago por las Eliminatorias Francia 1998, que nos dejó sin mundial, y en el que su actitud de líder, de capitán, estuvo muy por debajo de lo que se esperaba. Ni qué decir de su grave error que propició el segundo gol del 'Matador' Salas. ¿Es eso o es su otro yo que lo traiciona?
1997: Juan Reynoso la intenta parar de pecho en el área. La pelota se le pasa y el 'Matador' Salas le marcó el 3-0 a Perú (Final: Chile 4-0 Perú). (Capturas de imagen).
“Juan Reynoso ha creado un personaje que a veces repercute más que el resultado en sí”. Lo dijo Juan Carlos Oblitas a DT El Comercio hace una semana casi como pitoniso. ¿Es eso o sus demonios internos lo hacen mantener un odio visceral hacia todos los que no tenemos la capacidad de entender y ver el fútbol que solo él comprende? Porque esta vez sí que su álter ego lo dejó muy mal parado ante todo el país al mostrar EN VIVO ese inexplicable mal carácter del que muchos, hace tiempo, ya nos cansamos.
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