Sporting Cristal tenía ganado el partido, había dos goles de ventaja en los últimos minutos y Juan Aurich no daba ni pizca de poder marcar un gol. Solo era intención, pura fuerza en el ataque y hasta Penny –criticado últimamente- se convirtió en figura por momentos, especialmente cuando le sacó un remate de fuera del área a Alfredo Rojas a mano cambiado. El penal de Edgar Balbuena incluso mostraba a un equipo resignado a la derrota, pero, como dicen algunos, en un partido se juegan otros 50, y así Aurich empató a los 93 minutos. Pero, ¿qué sucedió con Cristal en los últimos minutos de juego? ¿Qué fue lo que pasó?
1. Cedió terreno. ¿Por qué Cristal renunció el balón? En el segundo tiempo, los celestes dedicieron contragolpear, regalar el balón, defender en el área y meterse atrás. Con ese sello, que prácticamente no sigue el manual de estilo del que pretende Cristal, los celestes dependían del rival y no de sí mismos. No ha sido la primera vez que le ha pasado esto al cuadro de Ahmed. Gracias a ello, Christian Ramos se volvió figura. Un gol de cabeza y un pase a Germán Pacheco, para que decrete el empate y Cristal esté obligado a ganar en el Nacional.
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2. Los cambios de Ahmed. Abram, Aquino y Núñez. Lo de Maxi no se podría hablar de cambio defensivo si es que no fuera porque entró en lugar de Irven Ávila. La disposición de Ahmed fue relegarse el balón al Aurich y no tener la posesión del balón. Ahmed creyó que ante la desesperación de los chiclayanos, los celestes golearían de contra. Solo tuvieron la de Blanco, que terminó errando solo y sin arquero. Si antes se hablaba de las buenas decisiones del técnico argentino, hoy claramente se equivocó en los últimos minutos.
3. La pasividad defensiva. Ramos estaba solo en el gol, Pacheco estaba solo en el segundo tanto. No eran rebotes ni elaboraciones, tras dos centros, ambos jugadores no tenían una sola marca, que habla mal de la defensa celeste. Incluso, no fueron las únicas jugadas. Ya Penny había sacado varios remates a Pacheco y también hubo un jalón en el área. Cristal fue otro equipo en el segundo tiempo, a nivel defensivo, dejó mucho que desear.
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4. El horror de Blanco. Si el uruguayo definía y no estrellaba su remate al palo, el partido se convertía en goleada. Era 3-0. No es para matar al uruguayo, fue el goleador en el Torneo Clausura, pero digamos que es una jugada clave y bisagra en este partido. No se habla de confianza, pero hay que saber matar a los rivales, sobre todo en una final. Cristal no lo hizo y ahora tendrá que ganar en el Nacional para campeonar.
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