¿Qué puede motivar a un hincha a hacer algo más que cantar por su equipo? Un gol en una final, un autógrafo cuando era niño, una historia contada por el abuelo. O cien cosas más. De los pocos capítulos felices del fútbol peruano, el que le pertenece a Lolo Fernández es uno de esos episodios inspiradores que, en su época –los años 40- no distinguía camisetas. Eran ‘Lolistas’ –así se decían llamar- hinchas de Universitario, de Tabaco o de Alianza. Era Lolista Toto Terry y Manguera Villanueva. Tiempos más felices.
Pensando en Lolo y en su herencia, transmitida por videos, historiadores y dos libros biográficos, a un grupo de hinchas de la ‘U’ se le ocurrió la noble idea de organizar un peregrinaje a su tierra, Hualcará, en Cañete, no solo para acercarse a los orígenes del Cañonero y su pasado; sobretodo, revalorar un sitio castigado por el terremoto del 2007, que aún conserva la tradición de la hacienda, los vinos y la comida. Y que algún día, esto sea un destino turístico más del país.
“Yo trabajaba en el rubro turístico y veía que existe la ruta del pisco, de la uva… ¿por qué entonces no podíamos organizarnos para hacer una Ruta de Lolo”. David Canales es uno de los organizadores de La Ruta de Lolo, que este año va por su tercera y más ambiciosa edición. Esto piensa, cuando le preguntan por el inicio de todo.
¿En qué consiste, básicamente? El tercer domingo de mayo, en la plaza principal de Hualcará, al sur de Lima, se rinde homenaje a Lolo Fernández con conversatorios, conciertos al aire libre, venta de souvenirs, espectáculo para niños, feria gastronómica del lugar. Mayo es el mes del nacimiento del Cañonero. Pero este año, La Ruta se planteó un objetivo mayor. Enterados de la tragedia en Piura por las inundaciones y lluvias, buscaron a Gaspar Mena, el joven futbolista que en 1953 ganó en un sorteo los últimos chimpunes que usó Lolo en el clásico contra Alianza. Mena, de 90 años, conservaba en una urna los botines, y ellos estaban preocupados. Llamadas, gestiones, un viaje, presupuesto, etc. Hace un mes, lo encontraron en su casa. Estaba bien de salud y recordaba con memoria de adolescente lo que pasó aquella vez, cuando recibió de manos de Lolo los zapatos de fútbol.
–¿Le gustaría volver a Lima, ir a Hualcará y enseñarle a los hinchas su tesoro?
La respuesta la anunció la fan page oficial de La Ruta de Lolo hace unos días. Escribió esto: “En 1953 Gaspar Mena era un joven futbolista que estaba a punto de entrar en la historia del fútbol peruano y él no lo sabía. Hoy, 64 años después, este hombre de Piura vuelve a Lima para acompañarnos en el viaje más importante de nuestras vidas. Ese día -21 de mayo-, don Gaspar recibirá un homenaje como “Protector de la memoria de Lolo”, por el cuidado y cariño con que ha guardado todo este tiempo estos zapatos…”.
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Don Gaspar Mena hace unas semanas, con el afiche oficial de La Ruta de Lolo.
La Municipalidad de Cañete ha tomado la iniciativa de remodelar algunos espacios de la plaza y la hacienda donde Lolo creció de niño
La caravana que se imaginan los muchachos de La Ruta les produce ese insomnio que solo protagoniza el fútbol. O un gol del equipo que se ama, o un autógrafo del ídolo, o una leyenda contada. Uno no sabe si nunca despertarse o si está soñando despierto.
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Running: ¿Para qué sirven las medias de compresión? (vía @pradoalvaro) https://t.co/XB5wF4M2t0 pic.twitter.com/3FXObWAc0G— Deporte Total (@dt_elcomercio) 6 de mayo de 2017