“En Brasil todo el día estoy feliz, tengo calidad de vida, estoy siempre de buen humor. En Hamburgo vivía preocupado, de mal humor”. Paolo Guerrero vivió nueve años en Alemania y defendió a dos equipos: Bayern Múnich y Hamburgo. Anotó 51 goles en 183 partidos pero en tierras teutonas se le recuerda más por sus reprochados escándalos que por su calidad como delantero. A la mínima muestra que daba de estar incómodo u ofuscado, la prensa alemana le recordaba los arrebatos que había cometido dentro de un campo de fútbol.
Paolo era noticia por lanzar una botella en la cara de un fanático, patear a un arquero rival y recibir ocho fechas de suspensión, entre otras cosas, y no tanto por una que otra actuación destacada o sus goles. El ‘Depredador’ cargaba sobre sus hombros una maleta llena de críticas que dejaba de lado una vez que se ponía la camiseta de la selección peruana. En Sudamérica era idolatrado por su entrega y en Alemania era criticado por su conducta, un paralelo que terminó siendo un punto de quiebre para decidir su futuro. Tras salir goleador de la Copa América, Paolo fichó por Corinthians.
La noticia cayó como un baldazo de agua fría. Paolo dejaba el ‘Viejo Continente’ para jugar en Brasil y su decisión trajo consigo una ola de críticas por parte de los hinchas y la prensa peruana, que consideraba el cambio como un retroceso en su carrera profesional. El tiempo, sin embargo, terminó dándole la razón a Guerrero. Dejó atrás los escándalos y los cambió por títulos, tres para ser exactos (Mundial de Clubes, Paulistao y Recopa Sudamericana). Lo positivo es que en todos tuvo un papel protagónico. Anotó el único gol ante Chelsea que le dio al ‘Timao’ el título de campeón del mundo; fue goleador del torneo paulista y marcó un tanto en la final de Recopa.
En la actualidad, a los 29 años, Paolo vive el mejor momento de su carrera, algo que era impensado hace un año, cuando estampó su firma por el club brasileño. Es titular del ‘Timao’ (tiene de suplente a Pato), reconocido en Brasil como un ‘héroe’ y pelea la chance de ir al Mundial con la selección. Guerrero llegó para ponerse la ‘9’ de Ronaldo y no ha defraudado a los hinchas del Corinthians. Paolo cambió su estilo de vida y se convirtió en el goleador que nunca fue en Alemania. Guerrero dejó atrás los escándalos y los cambió por títulos.