Deontay Wilder se medirá ante Tyson Fury esta noche en busca del título por peso pesado de la CMB. El boxeador estadounidense cuenta con una particular razón por la cual dejó de practicar baloncesto y se dedicó al deporte de los guantes y el cuadrilátero.
Wilder fue desde siempre sobresaliente en el básquet y fútbol americano. A sus 18 años y 2.01 metros de altura, consiguió una beca para la competitiva Universidad de Alabama, por lo que tenía un futuro prometedor.
Sin embargo, su mundo dio un giro de 360 grados apenas un año después. Deontay Wilder y su pareja supieron que serían padres y que la pequeña nacería con algunas complicaciones. Los doctores le diagnosticaron espina bífida a la pequeña Naieya y con ello, descartaron que pudiera andar en toda su vida.
La joven promesa estadounidense pasó duros momentos y debió abandonar los estudios para buscarse distintos trabajos entre camarero o camionero y así cuidar de su hija. A la vez, decidió hacerle una promesa a la pequeña Naieya.
“Le prometí a mi hija que un día sería campeón del mundo y sería capaz de mantenerla. Me aseguré que podía cumplir esta promesa. Ella me inspiró a cambiar de profesión”, manifestó.
Naieya se sobrepuso de cinco operaciones y ello llenó de fuerza y energía a su padre: “Verla me permite seguir fortaleciéndome como boxeador”, precisó a The Sun.
Por su parte, Tyson Fury llegó lleno de confianza al duelo de esta noche en el Staples Center de Los Ángeles: “No pudo ser profesional en baloncesto o fútbol americano porque no era lo suficientemente bueno. Yo he peleado siempre y para él esto es la tercera opción. No es genuino. Es un fraude”, expresó el británico.