Así como en el fútbol una vez le tocó dirigir a José Mourinho en lugar de Bobby Robson, ayer un hombre muy conocido en el básquet europeo, pero poco popular en la NBA, tuvo la oportunidad de mandar sobre los actuales campeones, San Antonio Spurs, en reemplazo de una leyenda como el técnico Gregg Popovich. Se llama Ettore Messina, tiene 55 años, es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Bolonia y ha sido columnista en el diario El País hasta el 2011, cuando, en ese momento, tuvo que retirarse para incursionar en su primer periplo en el mundo del mejor básquet del mundo.
Precisamente, hace dos temporadas, Ettore Messina fue asistente técnico del entrenador Mike Brown en Los Angeles Lakers. Los resultados no les acompañaron a ambos y la carga – para Brown- de sustituir a una leyenda como Phil Jackson hizo que los dirigentes luego decidieran por Mike D’Antoni para, finalmente, traer a Byron Scott como encargado de traer de nuevo a la gloria a Los Angeles Lakers. Lamentablemente, los resultados no le han acompañado -ayer cayeron 99-93 ante los Memphis Grizzlies de Marc Gasol en el Staples Center- como sí al italiano Ettore Messina en su primer partido de debut en la temporada regular de la NBA.
GAME DAY! Spurs take on the Kings tonight at 7:30 on @FSSouthwest! #SAvsSAC PREVIEW → http://t.co/MXReIrkNuF pic.twitter.com/idCK5P1kfy— San Antonio Spurs (@spurs) noviembre 28, 2014
El rival no era nada fácil. Los Indiana Pacers del técnico Frank Vogel tienen a Paul George, Roy Hibbert, David West y George Hill, entre otros, en la enfermería, pero la franquicia ha sabido anteponerse para pelear el octavo lugar de la Conferencia Este. Los Indiana Pacers son uno de los mejores equipos defensivos de la NBA y, frente a ellos, Ettore Messina tuvo en Manu Ginóbili a gran amigo como alumno para lograrlos derrotar por 106-100 en el AT&T Arena.
“Le he dicho a Manu que le debo otra victoria más en mi carrera”, dijo Messina en su primera conferencia de prensa. Ettore Messina y Manu Ginóbili coincidieron en el Kinder de Bolonia en el 2001, proclamándose campeones en la misma temporada. Luego a Manu le tocó irse a los San Antonio Spurs y a Ettore Messina, unos años después, al Real Madrid.
Pasaron trece años para que se volvieran a ver cara a cara y Manu señaló a la prensa de Estados Unidos que era una alegría y satisfacción volver a compartir el vestuario con Ettore. “Disfruto viviendo con él de nuevo el día a día de una competición, aunque ahora de manera distinta a cuando yo era un niño“, apuntó Manu Ginóbili hace unos meses. Y ayer en la noche, Ettore Messina le devolvió las palabras al escolta argentino. “Como corrió por todo el campo, por el juego inteligente que hizo, pero sobre todo el esfuerzo y su deseo de lucha que siempre contagia al resto de los compañeros, Manu fue la figura del partido”, destacó.
Gregg Popovich ('minor medical procedure') out for tonight's #spurs game; Ettore Messina to become 1st European-born to coach NBA game— Mike Monroe (@Monroe_SA) noviembre 26, 2014
Hoy seguro que Ettore Messina ha llegado a un nuevo entrenamiento de los San Antonio Spurs en Texas como un chico de secundaria, con el sueño hecho cumplido, con otra mirada, una más madura y con más sabiduría en el básquet. Ayer Ettore Messina señaló que no se atrevía a practicar el juego que había enseñado en Europa, pero sí a enfrentar al equipo con la táctica de los San Antonio Spurs, quizás el cuadro más táctico de toda la NBA.
Ettore Messina es considerado uno de los mejores entrenadores en Europa y en la Euroliga, fue nombrado hace unos años como uno de los 50 mayores colaboradores de la Euroliga, ha sido elegido dos veces como el mejor técnico de Europa, ha logrado títulos en nueve oportunidades en las ligas de Italia como Rusia y hace algunos unos meses fue voceado para sustituir a Jason Kidd en los Brooklyn Nets. Hoy, sin embargo, su nombre recién ha entrado a la lista de técnicos que han dirigido en la NBA, la élite del básquet y a la que muy pocos pueden llegar. No por nada es el primer europeo en mandar sobre un banquillo y nada menos que el campeón.
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