“El surf nació en Perú. No hay duda. Y no es una teoría”.
Así de tajante es el peruano Felipe Pomar, leyenda viva de ese deporte y un hombre con una misión: demostrar al mundo que la disciplina tiene su origen en Sudamérica y no en la Polinesia.
“En el norte de Perú existen los caballitos de totora desde hace más de 4.000 años , antes de que hubiera población en Hawái— el primer asentamiento polinesio data de los siglos IV y VI—, y nadie puede negar que ese instrumento fue creado para correr olas”, dice a BBC Mundo.
El caballito, una especie de embarcación estrecha y alargada hecha de tallos y hojas de totora o junco, lo inventaron en la época preincaica los pescadores chimú del litoral peruano para poder cruzar las olas en una costa en la que no hay canales para acceder al mar.
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El caballito de totora (izquierda) tiene más de 4.000 años.
“Como en la costa norte del país hay olas todo el año, para salir a pescar no tenían más remedio que pasar por encima de las olas”, explica Pomar.
“Y cuando terminaban la jornada, la mejor manera para regresar a la playa era correr olas”, aprovechando su impulso para ganar velocidad.
“Ellos fueron los primeros tablistas de la historia” , dice, aunque reconoce que la tabla moderna la trajo de Hawái a Perú Carlos Dodgy, quien en 1974 fundaría también el Club Waikiki de Miraflores.
Esa práctica ancestral de los pescadores está más que documentada, en vasijas, pinturas y grabados de la época.
Y los caballitos se siguen utilizando hoy en algunas playas del litoral peruano, como en Huanchaco, Trujillo.
Discurso en expansión
Pomar no es el primero en vincular a Perú con el origen del surf.
El historiador limeño José Antonio del Busto , ya fallecido, asegura en un libro que el emperador inca Tupac Yupanqui supuestamente llegó a la Polinesia en el año 1500 y que su comitiva llevó, entre otros objetos, los caballitos de totora . De ellos se valdrían los polinesios después para colonizar las islas de Hawái, dejó escrito el experto.
Y el explorador noruego Thor Heyerdahl, con su expedición Kon-tiki de 1947, ya demostró que no había razones técnicas que impidieran que los habitantes de América del Sur hubieran llegado a las islas de la Polinesia.
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Pomar no es el único que ha relacionado a Sudamérica con el origen del surf.
Sin embargo, por su condición de leyenda de surf,el discurso de Pomar está calando hondo en una comunidad para la que el surf tiene cada vez más peso , en un país que cuenta con dos campeones de esa disciplina a nivel mundial: el propio Pomar (1965) y Sofía Mulánovich (2003).
“Ese es el origen ancestral del surf moderno”, insiste Pomar, quien a sus 72 años sigue corriendo olas a diario en Hawái, donde vive.
Olas grandes, hasta un tsunami
Su especialidad son las olas grandes, de hasta cinco metros.
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Pomar se especializa en olas grandes y hoy, como se aprecia en la imagen, las sigue surfeando.
En una ocasión llegó a surfear un tsunami, cuenta.
Fue en 1974, minutos después del terremoto de magnitud 7,2 que sacudió el país desde Lima hasta Pisco.
“El terremoto duró como dos minutos y mi amigo Pitty Block y yo entramos a la Isla en Punta Hermosa con la idea de correr lo que viniera”, recuerda Pomar.
“Ya había vivido alertas de tsunami en Hawái y nunca había pasado nada”, explica.
“Además, ¿de qué tamaño podía ser la ola que viniera después? ¿De diez pies, de 20 pies (3 y 6 metros)?”, pregunta retórico. “Yo ya había corrido olas de hasta 20 pies en Hawái”.
Después de pasar unos momentos “realmente aterradores en medio de un mar caótico e impredecible”, ambos lograron cruzar la bahía y agarraron cada uno “una ola de las que dicen de tsunami, del tamaño de una casa de dos pisos”.
“'Ésta podría ser la última ola que agarres, pensé, así que me dije: 'Mejor córrela'” , cuenta.
Block hizo lo mismo y así los dos surfistas lograron llegar a la playa ilesos.
Polémico título
Para Pomar ese es su recuerdo más emocionante relacionado con el surf; más palpitante quizá que el del campeonato del mundo de 1965, celebrado en Perú y del que resultó ganador.
Aunque aquello también lo pilló por sorpresa, reconoce.
“La ola grande original de Perú era Kon-tiki, que yo ya había corrido, pero como estaba lejos de la playa y sería difícil juzgar el desempeño de los surfistas en ella, el campeonato se hizo en la ola de Punta Rocas”, recuerda.
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Su experiencia con las olas grandes le dio la ventaja para ganar el campeonato del mundo en 1965, cuenta Pomar.
Pomar no tenía experiencia en ella, aunque sí había practicado en olas grandes en Hawái, donde vivía desde 1963.
“El día del campeonato había olas muy grandes, tanto que los vecinos decían que nunca habían visto un mar así”, relata.
“Los (contendientes) de Hawái tenían práctica con ese tipo de olas, pero no los de California (Estados Unidos), Australia, Francia... Así que eso me dio ventaja”, concluye hoy.
Así, fue coronado campeón, “el primero oficial de la historia” , insiste hoy.
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La segunda lucha de Pomar es para que se le reconozca como el primer campeón mundial de surf de la historia.
Es que según la Asociación Internacional de Surf (ISA, por sus siglas en inglés) el primer campeón de la historia fue un australiano, Midget Farrelly .
“Lo que ganó Farrelly fue un campeonato extraoficial celebrado en 1964”, asegura Pomar.
Y lo corrobora Miguel Huarcaya, también surfista y doctor en historia y antropología del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, de Perú, quien está trabajando en un estudio para poder demostrarlo.
Según Huarcaya, la que primero sería la Federación Internacional de Surf se constituyó durante aquella prueba, en 1964.
“Así que aún no tenía estatus oficial, no existían las reglas de lo que se iba a evaluar y no había un proceso de selección naciona l, así que participaban solo los que tenían plata”, explica a BBC Mundo.
Así, pues, Pomar tiene dos cosas que demostrar.
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