Sí, puede sonar o verse algo radical, sobre todo para alguien que pasa más de 8 horas del día sentado y que corre 2 veces al mes o cuando juega fútbol con sus amigos. Pero el día de mi entrenamiento para correr una 10k me desperté varias veces de madrugada. A las 3:40, 4:20 y 5:00 a.m. Estaba un poco ansioso y temía llegar tarde. Al llegar al Campo de Marte, lugar que será punto de partida y base para entrenar 3 veces por semana, el aire parece más limpio y se siente la tranquilidad del ambiente. “Al correr te desconectas, te encuentras contigo mismo, no piensas en nada. Te relajas”, fue lo que me dijo Víctor Espinoza, encargado de ver mi entrenamiento. Él es coach y runner de Sportafolio, quien inició esta relación con el asfalto hace 13 años.
Con los demás runners ya listos, realizamos los primeros ejercicios de calentamiento para evitar calambres, tirones, o dolencia en las articulaciones. Al terminar, todos sincronizaron sus aplicaciones y empezaron a correr en forma de escalera, esto según me explicó Víctor, es porque cada uno tiene una velocidad distinta.
Mientras corríamos, me explicó que hay tres cosas claves a tener en cuenta: primero es tener un plan o estrategia antes de una carrera; cómo correr los primeros kilómetros, la parte media y el final. Lo segundo, que a tu forma de correr y caminar agregues algo de técnica. Movimiento concordante (pie derecho con mano izquierda), siempre postura recta, mentón hacia adelante para que el aire pase mejor por las fosas nasales. No tenía nada de eso, pero Víctor me aseguró que con tiempo y dedicación lo lograría.
A poco más de la mitad de la ruta, me dijo -no es recomendable hablar y correr al mismo tiempo pero él podía darse esa libertad- que antes de correr una 10k, lo ideal es ir entrenando 6k y 8k para que tu cuerpo se vaya acostumbrando.
Importante, además, estar atentos a peatones, semáforos, bicicletas, baches y todo aquello que podría ocasionarme un choque. Al cruzar la avenida Cuba el ritmo se elevó más y mis ganas de no quedar mal hicieron que me esfuerce y no pierda el paso . Al llegar al Hospital Rebagliati desaceleramos. “Nunca es bueno frenar en seco porque tu cuerpo al correr está en un ritmo más acelerado. Realizar una caminata dinámica es lo más adecuado, así tu corazón se va adecuando a bombear”, me dijo Víctor.
Luego de haber descansado entre 7 a 8 minutos -algo que le agradecí infinitamente- emprendimos el retorno. Es ahí, cuando me dijo el tercer dato que todo runner debe saber: la pisada. “Yo puedo escuchar la tuya; y es como si estuvieses golpeando. No debes caer de talón sino con la parte media. El movimiento debe ser fluido, como una pluma”.
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Antes de despedirnos, hicimos nuevamente ejercicios pero esta vez regenerativos para tonificar los brazos y abdomen, dos partes de nuestro cuerpo que trabajamos de manera constante al correr.Para ser mi primera vez, Víctor me felicitó. Había quedado sorprendido: ¡logré casi 7 kilómetros en 45 minutos! Nada mal para un novato. Ahora se vienen más entrenamiento y espero bajar mi tiempo un poco, pero sobre todo incrementar mi resistencia. Hay un Challenge en dos semanas, pensaré fríamente en participar, al menos en una etapa. Como dice, el running es un deporte de tiempos.