En diciembre pasado Hortifrut, la mayor productora y comercializadora de berries del hemisferio sur, adquirió Talsa por US$160 millones, mediante una operación de compraventa y fusión.
Como parte de la transacción, la firma peruana, creada por el empresario Rafael Quevedo, obtuvo el 17,13% de las acciones del grupo chileno y el derecho a recibir un “earn-out” (pago contingente) sujeto a resultados en el 2021. Dos empresarios premiados por su trayectoria y vocación innovadora se unieron para conducir el negocio, que promete atender el 25% del mercado mundial en el corto plazo.
Gracias a su nueva operación peruana, Hortifrut duplicará las ventas de arándanos logradas luego de tres décadas de existencia, alcanzando alrededor de 100 mil toneladas hacia el 2021. Entrevistamos a Víctor Moller, presidente del directorio de la corporación, sobre los entretelones de la operación y las perspectivas del negocio local y global del arándano.
¿Qué representa esta operación para Hortifrut?
Lo que se está logrando es unir la capacidad productora de una familia y una empresa tremendamente eficiente y de gran nivel humano con Hortifrut, que es una empresa global cuyo objetivo es abastecer los mercados del mundo. En ese sentido, compartimos la misma visión del negocio. Nos ensamblamos muy bien para tomarnos de la mano y salir a conquistar el mundo. El Perú tiene grandes condiciones climáticas y una política que permite desarrollar inversiones de largo plazo. Esta fusión ayuda a fortalecer el liderazgo de Hortifrut en el mundo y permite proyectar el potencial del Perú con mucha solidez. Es un win-win.
¿Cómo y desde cuándo se gestó?
Se comenzó desde los inicios de las plantaciones de arándanos en el Perú. Tuvimos la suerte de iniciar con Ulises (Quevedo), don Rafael Quevedo y Rafael Quevedo hijo las conversaciones hace mucho tiempo y a conocernos como personas y entender las visiones de cada uno. Por eso, partimos haciendo Hortifrut-Tal, que es una sociedad específica, con el objetivo de plantar 700 hectáreas, que se está terminando este año. Paralelamente, la familia Quevedo creció en otros campos. Nos relacionamos todos estos años, siempre pensando que algún día pudiéramos encontrar la manera de estar unidos y salir juntos a competir al mundo. Hace unos meses atrás, se dio la oportunidad de poder encontrar ese camino. Se llegó a un acuerdo de entendimiento total. Se firmó primero un memorando de entendimiento y luego el proceso de fusión, que está en ejecución.En el 2021, Talsa recibirá un pago contingente en función a los resultados del negocio desde el 2017.
¿Qué resultados esperan?
Pensamos que tienen que ser muy positivos. La proyección del negocio permite producir excedentes, que consideramos que son justos, que corresponden al creador de esa unidad. Por lo tanto, se llegó a ese tipo de acuerdo. No puedo dar cifras a futuro de ventas, pero sí puedo decir que son proyecciones muy interesantes.
¿Cuáles son sus planes inmediatos para el 2018 en el Perú?
Lo más importante es consolidar la fusión. Esperamos que termine en los próximos meses, así como la instalación de las plantaciones previstas para completar las 2.200 hectáreas [hacia el 2019].
¿Qué limitantes encuentran en la operación peruana, desde una mirada más holística?
Limitantes como todas las cosas son los equipos humanos. Todo negocio es un arte. Por muchas condiciones que haya, la experiencia y el conocimiento [son limitantes]. Hortifrut ha tenido que producir en muchas regiones del mundo y tiene mucha información. También están los mercados y clientes. Tenemos un conocimiento acumulado del negocio que nos permite tomar decisiones muy informadas e invertir de forma coherente y tomar medidas a tiempo basados en equipos humanos de muy alto nivel. Hortifrut crece en base a uniones con familias. Tiene 30 sociedades en el mundo en base a relaciones con familias. Es un negocio de largo plazo.
Son líderes en desarrollo de genética de berries, pero en el Perú hasta ahora solo atienden a Talsa y sus operaciones. ¿Planean desarrollar este negocio?
Cuando se integre la familia [Quevedo] al directorio, revisaremos el plan Perú en conjunto y decidiremos los caminos para adelante en los berries u otros cultivos de interés.
¿Prevén ingresar en fresa?
El Perú tiene grandes condiciones para todos los berries y otros cultivos. Nuestra visión del Perú es que se complementa muy bien con otros cultivos muy apetecidos en los mercados donde estamos.
¿Siempre dentro de los berries y cherries?
No. Naturipe, nuestra empresa en Estados Unidos [Hortifrut es uno de los cuatro socios] ya está distribuyendo palta. Hortifrut es una plataforma global de negocios.
¿Qué opina del potencial local de la frambuesa?
La genética permite producir en un cinturón cercano a los mercados las 52 semanas del año. El Perú podría competir en una semana puntual, pero no de manera masiva. Hay que enseñarles a los peruanos, a los brasileros y a los ecuatorianos a comer berries, que están al tiro de camión.
En China están por comenzar su primera cosecha comercial de arándanos. ¿Qué ventajas tiene producir en el gigante asiático?
Podemos abastecer muchos meses del año a Asia en contraestación, pero en verano en China hay producción local. Se puede abastecer al mercado con la misma marca el año redondo. Nuestro socio, Joy Wing Mau, es una subsidiaria de Lengend Holdings, la dueña de Lenovo. China es un proyecto de largo plazo. Los mercados no crecen exponencialmente. En eso tiene que tener cuidado el Perú. Cuando es así, se producen tensiones.
¿A qué tipo de tensiones se refiere?
Tensiones que pueden derrumbar los precios o que la fruta tarde en distribuirse y baje la calidad. Los países hemos cometido todos los errores de crecer a más velocidad que el mercado. Después hay consecuencias. Lo importante es crecer a la velocidad que el mercado puede absorber la producción. Los berries tienen su crecimiento, pero hay que hacerlo inteligentemente.En el último call-conference con inversionistas destacaron la vocación agrícola del Perú para los arándanos.
¿Qué potencial tiene respecto a Chile y México?
Veo que Chile y el Perú se complementan muy bien. No cabe duda de que en el Perú se va a producir [arándano] en otoño, porque tiene la competencia de la producción temprana de México y Estados Unidos, que es muy competitiva.
¿Cómo viene la producción global de arándanos este año?
Hay muchos países que están entrando en el negocio. Por lo tanto, van a venir mercados más tensionados y las empresas que estén más posicionadas van a sufrir menos. Nosotros estamos tranquilos. Creemos que tenemos una solidez en el mercado suficiente para colocar en debida forma toda la producción que planificamos.
Afirmó al diario chileno “La Tercera” que considera que “la empresa es aún un bebe”. ¿Qué otros activos están en su radar?
Brasil es interesante. Pero fundamentalmente el crecimiento hacia el 2019 y el 2020 estará en India, porque a medida que crezca el supermercadismo y la cadena de frío, podremos crecer en el consumo de estos productos más perecibles. Va a ser un área interesante.
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