El vínculo de Dionisia Zapata con el rubro de alimentos le permitió recordar brevemente su niñez. A sus ocho años, aprendió a vender verduras y a trabajar para dar alimento a su familia en Cusco. “Me ha tocado siempre trabajar para crecer. Tenía que salir adelante para poder compartir con los demás. Me gusta compartir. Sigo adelante por ello”, comentó a El Comercio.
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A sus 20 años, el distrito de La Victoria acogió su primer negocio dedicado a la venta de alimentos perecibles y, tres años después, ya contaba con cinco negocios. Poco a poco, la empresaria hoy reconocida como Líder Empresarial del Cambio iba sentando las bases de lo que hoy es Industrial Diony’s.
El año pasado, Dionisia ha logrado consolidar su empresa como la segunda importadora más grande en el país del rubro de productos alimenticios agroindustriales. Cada año importa aproximadamente veinte mil toneladas de diversos productos de países como Canadá, Estados Unidos, China, Colombia entre otros.
“Ahorita estamos viendo cómo podemos hacer para seguir creciendo. Tenemos un almacén y queremos importar aún más. Siempre me ha gustado trabajar, no me gusta quedar mal con mis proveedores”, explicó.
Como todo empresario, Dionisia también vivió la pandemia sin poder tener contacto con su negocio. “Como persona adulta mayor, mis hijos no me permitían ir al almacén. Yo estoy acostumbrada a trabajar desde muy temprano en el almacén recibiendo contenedores. Llegar después de la pandemia y encontrar el almacén vacío fue difícil. Desde el 2021 hasta ahora hemos logrado recuperarnos”, afirmó.
Dionisia ha sido condecorada en dos oportunidades por alcaldes de La Victoria por ser una de las fundadoras del comercio en el distrito. Para ella, lo más importante de dichas distinciones son las enseñanzas que puede trasladar a sus trabajadores. “Siempre les digo que deben laborar con honestidad y transparencia. Ser bien educados y humildes. Les aconsejo siempre y conversamos mucho. Estoy siempre en contacto con ellos. Los trato como si fueran mi familia a todos por igual”, explicó Dionisia.
Cuenta, con alegría, que la noticia de ser Líder Empresarial del Cambio la compartió primero con su hijo Jhonny, actual gerente de finanzas. “No conocíamos mucho el premio y nos sorprendió bastante. Estamos muy emocionados”, comenta. Aunque sus hijos y sus nietos están involucrados en sus empresas, Dionisia sigue asistiendo desde las 6 de la mañana a su almacen. Pregunta sobre las operaciones del día y se reúne con los proveedores. A su 76 años, no piensa en retirarse.
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