Nunca es un mal año para ser rico, pero este 2017 fue uno particularmente bueno para ser parte de este grupo de ingresos. “A los ricos les está yendo tan bien en estos días que sus gastos en bienes de lujo ni siquiera se mantienen al día”, señala la introducción de la nota de CNN Money en la que, en un estudio de gasto público a nivel mundial, según la firma consultora de gestión Bain & Company, este aumentó 5%.
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Ante ello, Milton Pedraza, ejecutivo de Luxury Institute, consultora de marcas, señaló que el mercado de valores y propiedades inmobiliarias han subido en gran medida que nadie quiere gastar todo el dinero de ganancias en relación al mercado de valores.
Ello generó que el aumento en riquezas –y ricos- se vea exacerbado en este año. Sin embargo, según el mismo reporte, también es que podemos ver que las diferencias entre quienes están en la cima de los mejores ingresos económicos con los de más abajo son cada vez más siderales en el país norteamericano.
UNA LÁGRIMA DE MERCADO
En la bolsa neoyorquina de Wall Street, el índice S&P 500 y el Dow Jones han subido 20% y 25%, respectivamente, teniendo como resultado el engordamiento de carteras en los dividendos.
Pero solo la mitad de los norteamericanos pueden participar de un fondo de jubilación patrocinado por un empleador. Y solo un 18,7% posee acciones directamente, lo que, en lógica, genera que los beneficios se inclinen hacia los que poseen mayores ingresos. Un desbalance social del boom de Wall Street.
DENTRO DEL PRESUPUESTO, MÁS PARA LOS MÁS RICOS
El boom inmobiliario vivido en las ciudades de Estados Unidos hizo que los precios de las viviendas alcancen máximos históricos, sobremanera en los mercados de Seattle y San Francisco, lo cual hizo que las personas con trabajos regulares no puedan alcanzar a ser propietarios de viviendas.
De acuerdo con la Oficina del Censo estadounidense, el 78,4% de las familias ganan más que el ingreso medio de los hogares, en comparación con el 49,5% de los que ganan menos.
BUENAS GANANCIAS, PERO SALARIOS INSUFICIENTES
Las ganancias corporativas después de impuestos establecieron nuevos récords en 2017, llegando a US$1,86 billones en el tercer trimestre.
Al mismo tiempo, la proporción del PBI que se destina a los salarios se mantuvo cerca de un mínimo de la era de la recesión, que significa que los trabajadores estén llevándose cada vez menos del total salarial, aunque esto parezca ser que no. Nuevamente el escenario de ganancias pareciera ser beneficioso para todos, pero es inverso su efecto.
MENOS REGLAS AYUDAN MÁS A LOS RICOS
La desestimación a muchas regulaciones planteadas en la época de Obama por las recientes de Trump, ha sido aplaudido por el grupo empresarial estadounidense que señala una operación por parte de estos mucho más eficiente.
En uno de los retrocesos de más alto perfil en 2017, la administración anuló la norma de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor contra forzar a los consumidores a un procedimiento de arbitraje. Esa fue una victoria para las compañías financieras, lo que hizo más difícil para las personas que han sido perjudicadas para buscar reparación.
Ante esto, Heather Boushey, directora del Washington Center para el crecimiento equitativo, señaló que todos estos avatares “están permitiendo mayores ingresos a los ejecutivos de cabeza y presionando costos en el público”.
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