Ha tomado 500 días y el sacrificio de casi 1.000 millones de barriles de producción que el mercado global de crudo borre un enorme superávit de oferta, lo que ha permitido que los precios lleguen a los US$80 por barril que deseaba Arabia Saudita, el miembro más influyente de la OPEP.
Los futuros de crudo Brent alcanzaron un máximo intradiario de US$80,18 el jueves, rompiendo el nivel de US$80 por barril por primera vez desde noviembre de 2014.
Una gran cantidad de existencias de petróleo no deseado se ha desvanecido y los inversores están embarcándose en el alza del precio del crudo más que en cualquier momento de los últimos cuatro años. Observadores del mercado están comenzando a hablar nuevamente de US$100 por barril y más.
Las reposición de sanciones de Estados Unidos a Irán, que podrían obstaculizar seriamente las exportaciones petroleras del país, junto a la caída involuntaria de la producción de grandes productores como Venezuela, México y Angola, han contribuido a la recuperación del precio.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), encabezada por Arabia Saudita, y otros 10 países, incluido el principal productor, Rusia, han reducido su producción de crudo en 1,8 millones de barriles al día desde enero de 2017.
El precio del petróleo ha subido US$50 desde que alcanzó un mínimo de 13 años de US$27 por barril en enero de 2016 y ha ganado un 50% en los últimos 12 meses, reflejando tanto la preocupación por la geopolítica como la confianza en un equilibrio más favorable entre oferta y demanda.
La prima del contrato de crudo Brent de referencia para una entrega posterior es la mayor en años, lo que refleja la creencia de inversores y operadores de que la oferta no igualará a la demanda por un tiempo.
Se dice que Arabia Saudita favorece un precio del petróleo de alrededor de US$80 e incluso de US$100 por barril, mientras se prepara para sacar a bolsa parte de la petrolera estatal ARAMCO .
Pero la OPEP y sus aliados pueden terminar víctimas de su propio éxito. La Agencia Internacional de la Energía advirtió el miércoles que el crecimiento de la demanda mundial casi inevitablemente se ralentizará dado lo que ha subido el precio del petróleo.
Mientras tanto, el alza del dólar estadounidense desde el comienzo del año puede limitar el poder adquisitivo de los principales compradores de crudo, especialmente porque muchos, como India e Indonesia, ya no ofrecen subsidios generosos al combustible para los conductores.
La OPEP también tiene un problema por la oferta rival de fuera de su club, concretamente desde Estados Unidos, que está en camino de convertirse en el mayor productor del mundo para fines de este año, con unos 11 millones de bpd.
Los recortes en la oferta de la OPEP se han visto limitados por el aumento de la producción estadounidense, en especial de los yacimientos de esquisto, por lo que las principales agencias que hacen pronósticos -AIE, la propia OPEP y la Administración de Información Energética de Estados Unidos- sean cautas.
Así que, aunque Arabia Saudita haya conseguido alcanzar el número mágico, la magia podría durar poco.