(Bloomberg). El petróleo despidió la jornada del lunes entrando en mercado bajista. Pero no pierda las esperanzas. Los analistas están mirando más allá de la caída actual, al próximo año, para una recuperación.Follow @EconomiaECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El crudo ha caído más de un 20%o en menos de dos meses ya que las refinerías han provocado un exceso de gasolina y no han conseguido eliminar la sobreoferta de crudo. Esto ha afectado los márgenes de las refinerías y mermado los ingresos de Exxon Mobil Corp., BP Plc y Royal Dutch Shell Plc.
No obstante, los precios mundiales del petróleo alcanzarán una media de US$57 el barril en 2017, según la mediana de las estimaciones de al menos 20 analistas recabadas por Bloomberg.
EL AVANCE SERÁ LENTO
La sobreoferta de crudo tardará tiempo en disiparse, lo que significa una mejora de los precios gradual, dijo Michael Hsueh, analista de estrategia de Deutsche Bank AG.
El West Texas Intermediate, el referente en Estados Unidos, alcanzará los US$49,50 en el cuarto trimestre antes de superar con firmeza la barrera de los US$50 el próximo año, dicen los analistas.
“Estamos viendo un mercado que se encuentra en un proceso lento de reequilibrio y no creo que vayamos a ver un déficit sostenible hasta el segundo trimestre de 2017”, señaló Hsueh, quien opina que el petróleo alcanzará los US$53 el próximo año. “Estos déficits son necesarios para reducir los inventarios mundiales, pero parece que esto no llegará hasta finales de 2018”.
El WTI ha bajado un 22 por ciento hasta los US$40,06 desde principios de junio, una caída superior al 20 por ciento, lo que constituye un mercado bajista y el fin de una recuperación en la que los precios aumentaron casi un 100 por ciento desde el mínimo de 12 años de febrero. Las interrupciones de los suministros en Nigeria o Canadá, que contribuyeron a reducir el excedente mundial, están desapareciendo.
Si bien las reservas en Estados Unidos han caído desde el máximo de abril, siguen manteniéndose muy por encima de los niveles que ha visto el mercado en esta época del año en al menos 30 años. Lo que es peor, las existencias de gasolina también se encuentran en niveles sin precedentes, arrasando con los beneficios de las empresas por el procesamiento de un combustible al que hace unos meses se consideraba prometedor.
“El movimiento a la baja de los precios es lógico ya que sigue habiendo un gran exceso de inventarios de petróleo”, dijo Gareth Lewis Davies, analista de estrategia de energía de BNP Paribas. “Al mirar los equilibrios en el futuro, se tiene la sensación de que la oferta y la demanda van a la par. Esto significa que aún hay un exceso de capacidad”.
Simon Flowers, analista jefe de Wood Mackenzie Ltd. con sede en Edimburgo, opina que el recorte del gasto de las compañías petroleras en bienes de capital -que podría alcanzar US$1 billón para 2020- es “una bomba de relojería” que hará subir los precios del crudo en el futuro. Estas reducciones podrían impulsar la demanda por encima de la oferta incluso a finales de este año, dijo Hans Van Cleef, economista de energía de ABN Amro.
La falta de inversiones “tendrá un gran impacto en la oferta mundial”, señaló Van Cleef, que prevé que el Brent llegue a los US$70 el próximo año. En cuanto el mercado se dé cuenta de que no hay un exceso de oferta y de que la escasez es inminente “eso debería dar un impulso enorme a los precios del petróleo”, señaló.